viernes, diciembre 30, 2005

capítulo trigésimosegundo: resúmen 2005


cada cosa en su sitio

feliz año nuevo a las dos o tres personas que visitan este sitio. algún día su fidelidad será recompensada. los tendré en cuenta cuando mi destino sea el de gobernar el mundo, talvez en una nueva encarnación.

ya saben los cuidados que deben tomar por estas fechas, no beber en exceso, cuidado con los ladrones que se ponen como locos, ni hablar de las pastillas de éxtasis que uno las encuentra donde menos las piensa, no se mezclan las antidepresivas con el alcohol, si va a conducir no olvide llevar el auto.

el año pasado lo terminé buscando empleo, ahora este lo termino esperando no perder el que tengo. me alegra mucho saber que estoy progresando. para este nuevo año mi meta será volverme periodista y ojalá se cumpla aunque para ello tenga que poner al niño bendito y a san gorgorito de cabeza. prometo que escribiré para soho aunque tenga que voltear al mismo dios al revés, por cierto, reves se escribirá revez o reves. no importa, me conformo con que ustedes, las dos o tres personas que me visitan, entiendan.

la verdad es que para el 2006 quisera retirarme de la universidad. pero a lo mejor no lo haga. el cargo de conciencia no me dejaría en paz.

ya veré en qué gasto mi dinero procedente de las farc.

hoy es un año de creación del blog Cuentos y Sueños, del cual es miembro mi mejor amiga que nunca perderé, Princesa de las Tinieblas, cuyo nombre real no lo digo porque a lo mejor se enfada y no me vuelve ablar, ni a volverme habrir la puerta, ni a darme una sondrisa. el post de aniversario lo encuentran pinchando aquí. un beso grande a tí, princess, en el ombligo.

ah, si. la historia detrás de la foto. en primer plano se muestra el suceso más importante del año, el encarcelamiento del ex-presidente lucio gutierréz, resguardado por lo que parece ser la imitación de la cabeza decapitada del jugador de la selección brasileña, ronaldiño.

ya, esto se acabó.

a dormir.

lunes, diciembre 26, 2005

capítulo trigésimoprimero: el blog informa

hoy cayó la primera lluvia de la temporada de invierno. el cielo quedó tan próximo a la tierra que los aviones tienen que esquivar las atenas sobre los techos de las casas.

esta mañana fui a un consultorio de una doctora. en realidad yo voy siempre al consultrio de alguna doctora. en el libro de medicina merck se les llama a las personas que visitan con mucha frecuencia a los médicos como vagabundos de hospital. es una enfermedad mental cuyo nombre clínico es mas o menos así, locuris perversis de oratis desocupadis. pero no, yo no estoy enfermo ni nada. mi trabajo es el de visitar a los doctores.

el consultorio de la doctora bethsy queda en la assad bucaram y la o. eso es a cien millones de quilómetros de cualquier sitio. aún así llegué puntual. la doctora, para qué, me atendió muy bien y me pidió que regrese mañana. antes de levantarme me dijo que abriera la boca y me introdujo una paleta de helado. me iluminó con la luz de una linterna en minuatura y me dijo que si sigo asi podré vivir entre cientotreinta y doscientos cincuentayseis años de perro.

cuando salía del sitio pude ver las calles mojadas y el aire tan nuevo y la luz tan tierna que daban la impresión de que fueran recién inventadas. había llovido y yo ni cuenta me había dado.

lunes, diciembre 19, 2005

capítulo trigésimo: existe la antimateria?

definitivamente no soy de los que se amargan con la navidad, esta es la época del año que más me gusta. me gusta todo. los chocolates con envolturas navideñas, inclusive las pélículas tontas de navidad, el perro que salva la navidad, la barby que salva la navidad, las pastillas de éxtasis que salvaron la navidad. la tele se llena de esas cosas durante ésta semana.

hoy le dí gusto al diablo y me compré la 5ta parte de harry potter, en libro, obvio. ya me leí la 4ta y la 3ra. me doy cuenta que cuadrón, el de y tu mamá también, se tomó bastantes libertades al dirigir la del prisionero de azkaban. el libro apenas se parece a la película. el inicio es idéntico, lo único, cuando harry esta con su varita encendiendo una luz que se desborda y da origen al logo de warner bross. qué bonito.

ayer le dí gusto a dios y fui a la iglesia, en realidad mi mamá me obligó. mejor eso no lo cuento.

así que si en este momento me muero dios como el diablo tendrán los mismos argumentos para decir que estuve de su lado. aunque la verdad espero que ninguno de los dos note que estoy haciendo compritas en horario de trabajo.

a pesar de las cruzadas medievales, de las acusaciones de curas pederastras, de las calumnias de las otras religiones, de la manía de adorar al niño bendito, del código da vinci. a pesar de todo eso y mucho más yo creo que la religión católica es la que menos mal está. amén.

viernes, diciembre 16, 2005

capítulo vigésimonoveno: si el amor está en el aire, podremos verlo si le tomamos una fotografía?

ayer estuve en mi primer accidente de tránsito, fue divertido.

no hubo muertos.

ni heridos.

nada.

miércoles, diciembre 14, 2005

capítulo vigésimoctavo: pop mata blog

este podía ser un post muy largo, muy explícito, con mucho contenido. una historia de amor, dinero y soledad. pero no.

lunes, diciembre 12, 2005


capítulo vigésimoquinto: el siglo de los bloggers

ADVERTENCIA, Ricardoweblog.Co es una alegoría de lo que podría llamarse la hiperrealidad, por lo tanto, su contenido está sujeto a discusión.


capítulo vigésimosexto: merry xmas

por si acaso, yo sí celebro la navidad, lo que pasa es que no sé cómo ponerle motivos navideños a esta mierdita.


capítulo vigésimoseptimo: post dedicado a Carol, ella sabe porque

SE HACEN DEPILACIONES POR INTERNET. BARATITO, BARATITO.

domingo, diciembre 04, 2005

capítulo vigésimocuarto: pensé que iba, pero regresaba

cuando piensas todo lo que has hecho y todo lo que dejaste de hacer y todos los lugares que visitaste, te mueres.

lo peor es cuando estas en la universidad y te mandan hacer tareas del periódico. te sientas en la mesa con el gomero del perrito y las tijeritas y el cuaderno para pegar. y coges así el periódico para que no se dañe. con una pluma y una regla le haces una raya por donde cortás con la tijera, despues los pegas, y si los dedos se te pegan te limpias con la tela de la silla. y cuando tú piensas que has terminado descubres que tu sobrinita de tres años lo ha hecho mejor y mas rápido que tú.

en ocasiones como esas uno puede sentirse un parvulo y cagarse en los pantalones de la rabia. yo tuve un amigo que trataba de enseñarme latín, era chistoso y siempre usó lentes. se comportaba como niño de escuela y discutían, cada vez que podía, con el maestro, allí es cuando usaba el latín, le decía, la putis de tu madris, y el profesor que no era ningun quedado le respondía mi verguis en tu culis y asi, y terminaban a golpes.

para aprender a insultar en latín, primero lo primero, tines que aprender hacer planas de palitos y rayitas. una vez que lo has logrados te sientas en la mesa del comedor y recortas las letras grandes y los pegas formando palabras. si logras escribir tu nombre, aunque sea el primero lo habras logrado.

no es que haya enloquecido, sólo estaba probando una nueva forma de escritura. creo que no se los dije, pero hace unos meses estuve leyendo unos libros. una compañera, el el curso, lo vio y gritó, ricardo está leyendo un libro de orgía, claro, ella leyó mal el apellido del autor, loriga, ray loriga, el libro se llama, lo peor de todo, que lo estuve buscando desde que tenía 21 años y también, la pistola de mi hermano, que la verdad simplemente lo vi en un aparador y lo compré por impulso. El tipo tiene un modo de escribir bastante directo y desnudo.

luego de haber leido tanta cosa he descubierto que si bien los libros te dan un poquito de cultura, te quitan bastante la plata. también me he dado cuenta que puedo copiar casi cualquier estilo de escritura. aun no estoy desesperado por generar mi propio estilo, talvez el mio sea mimetizar cualquiera, desde el disecado del periodico hasta el romántico cojudo de la revista Industrias.

ahora estoy escribiendo otra cosa a la cual aun no le he puesto título, le digo cosa porque no es libro, ni cuento, ni nada, sólo una cosa, voy a ver hasta dónde llego. el anterior que tenía lo dejé porque simplemente dejó de interesarme, se llama o se llamaba, nadie te amará, le puse así por una canción de shakira, no creo, en cuyo fragmento dice, nadie te amará así como lo hago yo. claro que lo que mas me impresionó fue la primera parte de la frase.

para ser honestos, temo a que pasen veinte años sin tener nada concreto y termine como, no sé, profesor de la laica mandando a mis estudiantes como tarea recortar el periódico que por cierto no encuentro por ningún lado.

miércoles, noviembre 30, 2005

Capítulo vigésimotercero: Edición Especial de Aniversario

Ya son dos años de estar escribiendo tonteras en el blog, y más verguenza debería de darles a ustedes eso de alentarme. Qué es eso de no trabajar como se debe, sino quemando tiempo leyendo blogs. Qué es eso que miras y te encandila, nunca lo sabrás.

El día que le ponga más atención al cumpleaños del blog que al mío, me asustaré.

En serio, muchas gracias por hacerme crecer un ego enorme, por creer en todas las mentiras que digo, por perdonarme la falta de honestidad.

Prometo que pa este nuevo año voy a tener mas de lo mismo.

Cuando alguien te cae bien tienes muchas ganas de creerle todo lo que te dice. Creo que una frase tan profunda debo patentarla como mía, aunque pienso que a lo mejor lo leí en algún lado, ya ni me acuerdo.

Ya, en serio. Estuve revisando el primer post y no puedo creer cómo he cambiado en dos años. Me habría gustado empezar esto desde los quince pero más vale tarde que nunca, almenos eso dicen.

Con respecto al blog he pensado en infinidad de cosas, cerrarlo, cambiarle de nombre, ponerle otra dirección. Para ser honestos yo aquí sólo cuento cosas light porque me estan viendo feo por ahí.

Si dijera todo lo que pienso creo que Blogger colapsaría y tambien los amigos que me quedan, que ya veo me duran poco. Cosa rara, cada vez que pierdo a uno me salen dos nuevos. Me olvido de cinco y me regresan veinte. Me peleo con seis mil y conozco a seis millones. A este paso terminaré siendo amigo de toda la nación y podré cantar esa canción que tanto detesto de Roberto Carlos, quisera tener un millón de amigos. Pero me alegra que todos los amigos que tengo son mis mejores amigos, Andrea, Anita, Tamara que la verdad no me cuadras mucho pero bueno, Paola y Princesa de la Tinieblas.

Como regalo me tomaré la tarde libre.

En la noche iré a la universidad a ver qué hay de examen.

domingo, noviembre 27, 2005

Capítulo vigésimosegundo: ayer, hoy y siempre

Cuando creces descubres que los días del fin de semana son muy cortos, que el sueldo completo de un mes te lo quemas en una hora y que el azúcar endulza cada vez menos.

Cuando era chico podía pasarme horas completas jugando plei esteishon. No sentía ningún remordimiento. Era muy feliz hasta el momento que reconocía que ya era domingo por la noche. No había movido la mochila de su sitio donde la dejé el viernes en la noche. Los problemas del álgebra seguían muy tranquilos en la página 35.

Al principio podía estarme muriendo y no pedirles las tareas resueltas a ninguno de mis amigos, creo que para no deberles ningún favor. Luego aprendí hacer las cosas a última hora, así descubrí que el tiempo de trabajo es mucho menor.

Carlos Hidrovo era un conchudo. Hacía los deberes frente a Daniel Guin, el profesor de matemáticas. Los presentaba así, con el liqui peiper aún fresco. El maestro siempre lo regañaba por eso mismo, de todas maneras terminaba asentándole la nota en el cuadernillo de control.

Nadie lo que quería a mi compañero, ni siquiera su propia novia. Una tarde le escondimos su mochila. Estuvo loco de iras buscándola. Se metió tras la puerta y en el tacho de la basura. Removió las bancas y descuadró los rectángulos de yeso del techo. Nadie supo cómo llego al sitio donde la encontró, colgada en la parte de afuera de la ventana a unos cuatro pisos de altura de la calle.

En mi paralelo éramos muy pocos, tan pocos que bastaba con mirarnos el uno al otro para saber quién había faltado.

Ahora que han pasado los años me doy cuenta que no los extraño. Es un poco extraño, pero no extraño a nadie. Miro mis fotos del colegio y descubro que ahora soy tan distinto. En ocasiones creo que he cambiado para mejor y otras para peor. Al menos creo que ya no soy tan ingenuo. Yo creo, yo pienso, no sé.

A veces creo que sin saberlo me he enfrascado en un nuevo juego de plei esteshon y que cada partido, cada punto ganado, cada minuto de evasión me llevarán inevitablemente a la noche del domingo histórico en el que sienta de golpe el remordimiento de haber olvidado al mundo real. Entonces diré sin sorpresa, luc guat yuv don. Cómo me gusta esa canción, es tan arrecha que seguro el pasado no volverá a buscarme.

jueves, noviembre 24, 2005

Capítulo vigésimoprimero: primero Dios y después vos

Lo mejor de las cosas buenas es que te ocurran y hoy me ocurrió algo fantástico. Iba a la universidad y en uno de esos puestos pulgosos de discos piratas, en aquellos sitios oscuros donde igual a uno le venden una pastilla de éxtasis que el último éxito de dady yanki estaba sonando la canción de Sedal.

Yo que pasaba por el parqueadero de la U y salgo escuchándola distorsionada por el sonido de las frituras, transfigurada por los pitidos de los carros, y yo que busco un televisor para ver a plenitud los diez segundos que dura el comercial del shampoo y resulta que era una radio que destripaba lentamente la canción tierna y dulce y yo me dije, qué mierda, ya me morí y ni cuenta me di porque no puede haber en la vida nadie tan bruto que ponga en cidi un comercial de televisión para venderlo. Pero no, en realidad yo no estaba muerto, sino más vivo que nunca cuando le pregunté al tipo que atendía que quiero llevarme el cidi de Sedal y él me pregunta intrigado que qué disco de Sedal y yo le digo que ese mismo que tiene en la grabadora y fue entonces cuando el tipo dijo, ah, como quien dice, pero qué bestia, pero qué pendejo, y luego dijo como si estuviera diciéndolo sólo para él que el grupo se llama Jet, y yo dije en voz alta, Jet, y alguien repitió desde el fondo de lo que parecía un baño, Jet, y de pronto fue un grito al unísono la universidad y luego del mundo entero pronunciando una sola palabra, Jet, y entonces se escucharon tambores lejanos, se escucharon danzas desiertas, se escuchó el sonido de papel celofán de las flores que se abrieron antes del amanecer, sonidos de lluvias devastadas por el olvido, vientos supersónicos que sólo los perros pueden escuchar, y el tipo que atendía el puesto de cidis piratas me dice que la canción se llama Look What Youve Done y yo dije luc guat yuv don y desde ese instante no he parado de escucharla ni para escribir este testimonio de vida que escribo.

La canción que compre hoy, al precio de un dólar, es idéntica a la que escuché por primera vez, es una canción triste, melancólica, tierna y muchas mariconadas más que no me queda otra que rendirme a sus acordes demoledores de los cuales no entiendo nada, pero no quiero echar a perder la magia traduciéndola, la voy a dejar así. Seré feliz en mi ignorancia.

Hoy estoy de buenas, esa canción me gusta muchísimo, me gusta más que la nalga paradita de la Reportera del Drama del canal 10 que yo la vi, con estos mis ojos misericordiosos, la vi en la cafetería del hotel Oro Verde la tarde del lunes mientras ella pedía una taza de café y se la tomaba de pie con un pudor indescriptible de presentadora de noticias, y era una nalga que como dice mi nuevo y mejor amigo del mundo, Jaime Gayli, era una nalga más olímpica que una piscina de natación profesional, una nalga que no sirve para hacerle una zambullida, sino una zambullada.

domingo, noviembre 20, 2005

Capítulo decimonoveno: i dont believe

A Paulo le gustaba la lluvia. Le gustaba tanto que cuando hacía sol él se ocultaba en la sombra del patio de su casa, llenaba una lavacara de agua y se sentaba allí el día entero. El chico tenía un extraño parecido con Dino, el perro de los Picapiedras, que veíamos con mis hermanas en el 4 mientras comíamos mangos con sal.

Una tarde, a la salida de la escuela, me invitó a jugar a su casa. Era navidad y mi mamá me había comprado un carrito de radio control. Consumía tanta plata en pilas que si hubiese reunido todo ese dinero, seguramente, ahorita tuviera un carro de adeveras.

Lo que más me gustaba era juntar la antena del control con la del televisor. Le daba marcha al carro. Se producía una distorsión en la pantalla que persistía durante un mes. Le enseñé tanto el truco a Paulo. Quedó encantado. Lo hizo tantas veces que una vez fue llorando a la escuela porque la mamá le había pegado por dañar el televisor.

Tenía en el patio de su casa, junto a la lavacara, un saco de arroz donde guardaba todos los juguetes que iba dañando. A mi tampoco me duraban mucho los juguetes y cuando se les salía una rueda o un brazo, mi hermano que es mayor a mi, lo terminaba de despedazar. Le ponía una camareta y lo reventábamos en media calle. Yo me tapaba los oídos, pero el estruendo era tan intenso que las gentes salían de sus casas pensando que se trataba de un coche bomba.

Paulo tenía todos los días un juguete nuevo, lo fabricaba con las refacciones de los juguetes que él mismo dañaba. Una ocasión me mostró cómo elaborar un ventilador de mano con el motor de un carrito, y la primera lámpara sumergible que vi en mi vida. La había hecho juntando dos baterías viejas y un foquito de navidad.

Un día se obstinó en que quería fabricar un televisor a base de piezas de juguetes, no sé si lo habrá logrado. Yo creo que no. El pobre era bien bruto y a lo mejor terminó por construir una licuadora, no sé, al poco tiempo me cambiaron de escuela.


Capítulo vigésimo: se vende blogger, baratito

La semana pasada nos citaron en el Hilton. Yo, feliz, porque estaba bien creído que era para subirnos el sueldo.

Pero nadie sacó un saquillo de billetes para repartir. Eso sólo ocurre en Machala que está un poco lejos. Nos hablaron de muchas cosas de las cuales no recuerdo ninguna. Luego fue nuestro turno de hablar. En mi vida había visto un servilismo tan matrero como el de aquella noche. Como yo no quería participar mejor me quedé callado. Cuando todos terminaron de decir lo que debían el Gerente dijo mirándome, el señor Tobar ha sido bien callado. Entonces, por compromiso, abrí la boca.

Después entramos al restaurante del sitio, olía a comida agria y a Glade. Lo que más me gustó fue que los camareros nos dijeron señalando con el dedo, esta es la sombra del charco de sangre que dejó el Bolillo Gómez, y acá es donde estaba el Loco, y esta es la huella de la bota del tipo que tenía el peinado de Pedro, El Escamoso, y que le partió la nariz al Bolillo y que luego se hizo diputado y después apareció muerto en una vuelta de la Perimetral.

A mi no me gusta trabajar, tengo vocación para vago o para artista. Ni siquiera me gusta hablar, al instante siento que he dicho alguna tontera. Menos me gusta estar en esas cosas corporativas en las que todo el mundo se dedica a decir cuan fantástica ha sido su gestión.

Los jefes muestran, por medio de diapositivas, a gente feliz trabajando en oficinas amplias. Nos condicionan. Nos convertimos en personajes tan bien vestidos y embargados de tanto éxito viviendo en la quimérica ciudad de la felicidad que apenas si nos reconocemos a nosotros mismos. Esos gringos son la muerte.

jueves, noviembre 10, 2005

Capítulo decimoctavo: no se lo digas a nadie

Una tarde, después de fumar marihuana, Joaquín y Alexandra se echaron en la alfombra del departamento, se besaron, se quitaron la ropa y él le pidió que se la chupase.
- No sé, mejor no –dijo ella-. Sólo lo he hecho una vez con Ricardo, y creo que no me gustó.
- Si me la chupas a lo mejor se me para me curas de mi trauma- dijo él y se sintió un manipulador.
Ella dejó de lado todo su pudor y empezó a chupársela.
- Se te ha parado, se te ha parado -dijo con entusiasmo, al ver que el sexo de Joaquín se había puesto duro.
- Ven, hay que aprovechar, siéntate encima mío -dijo él.
- Joaquín, hay algo que quiero decirte.
- Dime, pero apúrate antes de que se ponga blanda de nuevo.
- Soy virgen.
- No te preocupes, yo también.
- Pero yo no sé si quiero hacerlo. Después me voy a arrepentir, voy a sentir que he perdido una parte muy íntima de mi ser.
- Sólo la puntita, Alexandra. Te prometo que sólo la puntita.
- Por fa, sólo la puntita, ¿ya?
- Te lo prometo.
Ella se quitó el calzón y se sentó encima de Joaquín. Él trató de metérsela.
- Ay, despacito, no seas bruto –se quejó ella.
- Perdón, es la arrechura –dijo él.
Luego se la fue metiendo con dificultad. Sudaba. Estaba tenso.
- Joaquín, me dijiste que sólo la puntita –protestó ella.
- Perdón, se me resbaló –dijo él-. Muévete nomás, no te preocupes.
- Pero no la vayas a dejar adentro, ¿ya?
- Te prometo que te la saco antes de darla.
Alexandra recién comenzaba a moverse cuando Joaquín ya terminó adentro suyo.
- Estúpido, te pedí que no la des adentro –gritó ella y se separó bruscamente de él.
- Lo siento, no pude evitarlo –dijo él.
Ella se sentó en la cama.
- Mierda, la cagada. De repente me has dejado embarazada –dijo ella.
- Luego se paró de un salto y corrió al baño. Joaquín se subió los pantalones. Poco después ella salió del baño, estaba llorando.
- Te apuesto que estoy embarazada –gritó- ya nos jodimos, Joaquín ¿ahora qué vamos hacer?
- No estas embarazada Alexandra –dijo él-. No digas cojudeces.
- Estos son justo mis días más peligrosos, Joaquín. Te apuesto lo que quieras que estoy embarazada.
Joaquín pensó que debía hacer algo para tranquilizarla.
- No te preocupes –dijo-. Tengo un tío que es ginecólogo. Lo llamo ahorita y él nos arregla el problema.
Alexandra se sentó en la cama con las piernas cruzadas.
- Aunque no me creas, sentí cómo corrían tus bichitos en busca del óvulo –dijo-. Fue como si me hubieran metido una alkasetlzer por la chucha.
Joaquín buscó el número de teléfono de su tío, el doctor lucho Tudela. No bien lo encontró, llamó a su consultorio.
- No le vayas a decir mi nombre, no quiero que todo Lima se entere que he perdido mi virginidad –dijo ella.
- No te preocupes, nadie se va a enterar. Mi tío lucho es buenísimamente –dijo Joaquín.
El teléfono timbró varias veces. Por fin Joaquín escuchó la voz de su tío.
- Tío, hola, soy yo, Joaquín Camino, tu sobrino –le dijo-. Te llamo porque he sufrido un percance.
- Cuéntame, sobrino, en qué puedo ayudarte –dijo el doctor Tudela con una voz muy cordial.
- Acabo de acostarme con mi enamorada y ella esta segura que la he dejado embarazada, y no sabemos qué hacer, porque como tú comprenderás no podemos tener un hijo, tío.
- Caramba, Joaquincito, veo que usted no pierde el tiempo, ah –dijo el doctor-. Pero qué gusto me da oir eso, porque por ahí decían que usted es del otro equipo, mi querido sobrino.
- No tío, cómo se te ocurre, eso jamás.
- Mira Joaquincito, vente ahora mismo con tu chica que les voy a dar una pastilla que nunca falla. Se llama píldora del día siguiente. Ella se la toma ahorita y tiene una bajadita del motor. Con eso, problema arreglado.
- No sabes cuánto te lo agradezco, tío. Voy para allá inmediatamente.
- Aquí te espero, sobrino.
Joaquín colgó el teléfono. Alexandra seguía llorando.
- Mira lo que me has hecho –dijo-. Yo estaba tratando de ayudarte con tu trauma y tú me dejas embarazada.
- Bueno, ya, pero no hay problema porque mi tío lucho te va a dar una píldora del día siguiente –dijo él-.
- ¿y qué cochinada es esa? –preguntó ella haciendo una mueca de asco.
- Alexandra, no hables así. Mi tío lucho es el mejor ginecólogo de Lima. El me ha dicho que te tomas la pastilla y tienes una bajadita de motor, o sea, te viene la regla y ya no estas embarazada.
- No puede ser. Debe ser un invento del mañoso de tu tío.
- Vamos, apúrate, que mi tío nos esta esperando.
Salieron del apartamento y trataron de bajar por el ascensor, pero les fue imposible, pues acababa de producirse un apagón. Bajaron por las escaleras y se subieron al carro de Alexandra. Él arrancó a toda prisa mientras ella se agarraba la barriga.
- Si es hombre, ¿qué nombre le ponemos? –preguntó ella camino al consultorio-.
- No tengo idea –dijo él-. Nunca he pensado en eso.
- Felipe me encanta, Diego no esta mal. Paúl es mi preferido.
- Sí, Paúl es bonito.
- ¿Y si es mujer?
- Ni idea. Tú dirás.
- Si es mujer tendría que llamarse Paola o Verónica. Esos son mis nombres preferidos.
Poco después llegaron a un edificio alado de la clínica Americana. Joaquín cuadró el auto y apagó el motor.
- Yo me quedo –dijo ella y prendió la radio.
- Baja, no seas tonta –dijo él.
- No, me muero de la vergüenza. Tu tío va a pensar que soy una puta.
- Bueno, como quieras.
Joaquín bajó del carro, se metió a la clínica, subió doce pisos y llegó al consultorio de su tío. Jadeando, le dijo su nombre a la secretaria. Ella lo hizo pasar en seguida.
- Hola Joaquincito, qué a sido de tu vida, sobrino –dijo el doctor Tudela levantándose de su escritorio.
- Aquí pues tío, no tan bien como tú –dijo Joaquín y abrazó a su tío.
- ¿Y tu enamorada, sobrino? –dijo Tudela.
- Se quedó en el carro, no quiso bajar.
- Cuéntame, pues, de ella. ¿Qué edad tiene la chica?
- Dos años menos que yo, o sea, diecinueve.
- Qué rico, está en la flor de la juventud la chiquilla. Qué tal Joaquincito, caray, o sea que te la has llenado a tu hembrita, ah. Y yo que pensaba que usted tenia la huacha medio floja, sobrino.
- No tío, qué ocurrencia, cómo va a ser eso.
- Cuéntame sobrino, ¿Cuánto tiempo aguantaste allí dentro de su chuchita? Porque tú debes ser un gallito de pelea, la metes y allí nomás entierras el pico, ¿no?
- Sí, pues. Al toque nomás la doy, no aguanto nada.
El doctor Tudela soltó una carcajada.
- A tu edad todos somos así, sobrinos, no aguantan nada, se rinden al toque –dijo-. Yo en cambio, así viejo como me ves, ¿sabes cuánto aguanto? Media hora como si nada. Media hora de polvo.
- Carajo, qué envidia, tío.
- Tiempo al tiempo sobrino, tiempo al tiempo. Con el tiempo vas aprendiendo a tirar cache. Yo ya tengo muchos kilómetros recorridos.
- Me imagino, tío, me imagino.
- Pero tú tienes que cuidarte, pues. Ponte un jebe, ¿ya?
- No te preocupes, tío, esto no vuelve a ocurrir.
- Mira, sobrino. Aquí tines la pastilla que te prometí, dile a tu novia que se la tome ahora mismo.
El doctor Tudela le dio una pastilla envuelta en un plástico transparente.
- Caramba, tío, no sabes cuanto te agradezco, me has sacado de un apuro –dijo Joaquín- ¿Cuánto te debo, por favor?
- No pues, Joaquincito, qué ocurrencia, todo queda en familia.
Se rieron, Joaquín se guardó la pastilla y se despidió de su tío.
- Qué tal pinga loca ha resultado el Joaquincito, carajo –dijo el doctor Tudela, sonriendo, haciéndole adiós a su sobrino.
Joaquín bajó corriendo las escaleras del edificio. No bien entró al carro, le enseñó la pastilla a Alexandra.
- He cambiado de opinión –dijo ella.
Joaquín la miró sorprendido.
- Si es mujer se llamará Alexandra como yo, pero le pondría Alessandra, con doble ese, porque me parece que eso le da cierto caché, ¿no te parece? –dijo ella.
Él la cogió de la mano.
- Acompáñame a la sanguchería de enfrente –dijo- . Tienes que tomarte esta pastilla ahorita mismo.
Ella bajó del carro, caminaron a la sanguchería frente de la clínica Americana. Joaquín pidió dos jugos de fresa.
- ¿Solos o con leche? –preguntó la mujer que atendía.
- Aj, leche ni hablar, que ahorita me comienzan a crecer las tetas –dijo Alexandra.
Poco después, la mujer le dio los jugos a Joaquín. Él sacó la pastilla y se la dio a Alexandra.
- Tómatela –le dijo.
Ella se persignó y cerró los ojos.
- Perdóname, Diosito, pero nisiquiera he terminado la universidad –dijo.
Luego se llevó la pastilla a la boca y se la tomó con un poco de jugo.
- Chau Paúl, chau Alessandrita –dijo, y rompió a llorar.


JAIME BAYLY, no se lo digas a nadie.

domingo, noviembre 06, 2005

Capítulo decimoséptimo: y de pronto un post

Acabo de llegar de la farmacia. Compré un Pedialite, unas Omeprazol y unas Flazinil. Estas últimas son pastillas para dormir.

De un tiempo acá me ocurre que me enfermo con una frecuencia de anciano. Nunca nada grave, pero sí fastidioso. Crucé el umbral del bienestar cuando empecé a escribir mi edad con el dos por delante.

Yo siempre rehuía como mosquito al que echan Baygón de las personas que tenían carácter de enfermo confinado en terapia intensiva, de los que se curaban de la gastritis para caer en las infecciones de las vías urinarias. Los pobres estaban salados, si no les montaba cuernos la novia se les perdía la plata, si no se fracturaban un pié los echaban del trabajo.

Luego de tantos empujones he logrado meterme del lado de los optimistas y ahora mi cuerpo quiere echarme. Mi organismo se revela y me dice que no, no te hagas el pendejo que tú eres de los jodidos.

no se qué ponerle a esta foto.

Ahorita ya me tomé mis pastillas de viejo. Guardé mi inhalador debajo de la cama y el pijama de lana ya esta colgado en el clavo, junto al cuadro del niño bendito donde acabo de encender una vela.

Las pastillas para dormir no las tomo porque piense en suicidarme o como pensó el de la farmacia porque quiera tirarme a una desconocida drogándola. Si ese fuera el caso hay una fórmula muy sencilla, mezclas licor con éxtasis y le das una buena dosis, si no resulta con eso la emborrachas, si no resulta con eso la amenazas con un arma, si no resulta con eso te pones la pistola en la sien y le dices que te matas si no te cumple, si no resulta con eso te pegas un tiro. Por supuesto, yo nunca he recurrido a eso, aun estoy vivo y virgen.

En realidad las tomo cada vez que a los ladrones y los pandilleros se les ocurre hacer la fiesta de la buena vecindad. Entonces, como todo viejito, me tomo un par de Flazinil y con eso tengo hasta el día siguiente. Están programadas para seis horas.

Podría salir y callarlos, pero a cambio recibiría en mi casa la visita de la Reportera del Drama y un pantallazo en el canal diez con el titular de lo machetearon por reclamar. Podría llamar a los policías, pero salen un lujo muy caro, cobran diez dólares por redada, que a razón de tres veces por semana me dejarían en la quiebra.

Talvez todo sea una señal, talvez el entorno me indica que mi periodo en este sitio ya culminó y que debo salir. Buscar nuevos rumbos. Si a alguno le sobra un pasaje para la Tierra Media, me avisan. Yo siempre he querido ser un hobbit.

jueves, noviembre 03, 2005

Capítulo decimosexto: un minuto de silencio

Estaba viendo una película, pero ya me aburrió. Muy sangrona la condenada.

Algo me dijo que la diversión sin límites se encuentra en el blog. Antes de postear lo escribo en Word. Luego me conecto vía telefónica a Blogger, después a Blogdir, y finalmente el lujo fotografía que sirve para ilustrar el tema de hoy a Photobucket. Es un trámite largo y tedioso, como acudir a las oficinas estatales, pero en cibernético. Todo un parque de diversiones para el blogger aburrido.

con la mesa servida.

Ayer la vocecita del sentido común se me manifestó a las ocho de la noche. Me indicaba que marque el uno ochocientos siete siete siete siete siete siete. Averigua cuanto hay que pagar, me sugirió el engendro del mal. El número de área cero cuatro, el telefónico, bla bla bla. Acaso me van a llamar. Por pagar dijo la grabadora, ciento diecisiete dólares con alguito más. No pude dormir en el resto de la noche. Pero no la pasé mal. Me hice a la idea de que era una forma de alargar el feriado del día de los muertos y la independencia o fundación, una de esas cosas, de la ciudad de Cuenca. Como sea las vacaciones se terminan hoy.

Hace cuatro días murió mi abuela. Le dio un paro cardiaco y estuvo en coma por varios meses. Finalmente, la madrugada del domingo, dejó de vivir. Más de ochenta años en este mundo. Vio cómo llegó el hombre a la luna, las dictaduras, el cine, la televisión y los celulares. En realidad nunca le interesaron estos asuntos.

Los funerales terminaron el martes. Yo no asistí. En parte porque mi trabajo no me lo permitía y en parte, para ser honestos, porque no sabría cómo estar en un sitio donde hay tanta gente llorando. Simplemente no sabría dónde ponerme.

Recuerdo que cuando niño me llevaba a misa. En esos tiempos yo usaba mameluco, cuando se lo contaba a Anita ella se moría de la risa. Los domingos compraba café en el mercado y lo tostaba dentro de la casa. Producía un humo tan espeso que era necesario abrir las ventanas y sacarlo con las manos. Hasta la ropa guardada en los armarios se impregnaba con el olor y a mi me gustaba mucho.

Es muy curioso, cuantas veces he llorado por personas que tan sólo estuvieron de paso y por las que debería no me sale ni una lágrima. Como sea, la muerte es parte de la vida, eso ustedes lo saben. Además es inevitable e irreversible, eso ustedes también lo saben. Muchas veces las cosas son bastante obvias y no nos damos cuenta.

domingo, octubre 30, 2005

Capítulo decimoquinto: historia de un blogger contada por él mismo

Durante la semana pasada no actualicé nada y se nota que a ustedes les ha importado. Estaba inmerso en un trabajo de investigación individual. Ya terminé la parte indagatoria* y ahora le estoy dando los últimos toques a la presentación final que será mañana, lunes. Digamos que recién me entero para qué sirve Power Point.

no se admiten aniñados.

El tema que elegí fue, una de cada diez personas podría ser la persona número diez. Bueno, ese no es el planteamiento verdadero, pero me habría gustado hacerlo. No me resultó complicado investigar el tema que no les voy a decir. Y la recompensa ha sido un trabajo del cual me siento orgulloso. Treinta páginas acerca de todo lo que uno tiene que hacer aunque no quiera, de lo raras que son las cosas, de los días que pasan y que uno no avanza, del desaliento, sobre el desamor y la inercia. Un escrito sencillo sobre un punto de vista y un montón de cansancio. En ninguna de todas sus páginas hay un adorno literario, ni un solo pensamiento profundo, ninguna imagen narrativa. Tiene todo lo que necesita un best seller. Quien sabe, puede ser que lo mande a encuadernar y lo envíe para el Premio Planeta.

Desde la semana pasada estoy en un grupo de trabajo. Por alguna extraña razón nos hemos integrado en uno solo los estudiantes más capaces del curso, los representantes del diario Súper Andrea y José Antonio, Juan Carlos del 4. Además de las exiliadas Tamaras, Anitas y Paolas. A las Cinthyas no las invitamos porque ya sabemos que a ustedes no les caen bien.

Si logramos nuestro objetivo entraremos en la historia del Ecuador. Sabrán de nosotros en la parte de crónica roja de los diarios de sus respectivas ciudades. Yo voy a ser el asesino misterioso del cual la policía no tiene rastros, y Andrea la chica encantadora que hace bromas inteligentes y que resultó ilesa. Sí, yo ya te la tenía jurada y todavía me falta el Hi5 =)

domingo, octubre 23, 2005

Capítulo decimotercero: banana republic

Todos los presidentes constitucionales de la República del Ecuador han sido raros, cuando no locos.

Por ejemplo, tanto me acuerdo de Abdalá Bucarán, pasaran trescientos años y lo veremos en Roma convertido en una estatua y dignificado a la categoría de santo.

Al hombre le daba por creerse Batman y que vivía en ciudad Gótica. Cuando nadie lo veía amarraba una cuerda en los candelabros históricos del palacio de gobierno y descendía a una velocidad endiablada rompiendo los bordados de los gobelinos del poder. Para los que no sepan, los gobelinos son el papel tapiz de color amarillo del salón presidencial. Pasaba zumbando por sobre las cabezas de sus ministros y el cuerpo de diplomáticos en pleno. Pero más que un super héroe parecía un enorme moscardón con alas de vampiro sideral que no lograba impresionar a nadie.

Una vez lo vimos en la televisión dando un discurso sobre la situación fiscal del país en mandarín. Por si acaso, el mandarín es el idioma de los chinos. Por un buen tiempo nadie supo de donde le había venido el segundo idioma. Hasta que la prensa lo descubrió fotografiado en la primera plana en reuniones extraoficiales con su similar del Perú y mejor amigo del mundo, Alberto Fujimori.

Por las noches hablaba con los retratos de los próceres de la patria y luego, él mismo se encargaba de guardar en las caballerizas a los caballos de la escolta presidencial. Una ocasión despertó a la mitad de la madrugada y vio que lo apuntaba a la cabeza con un rifle arcaico el cadáver insepulto del presidente García Moreno, tenía el rostro demacrado por la machetiza que recibió ciento cincuenta años antes en las gradas del palacio. Desde esa noche tuvo la costumbre de santiguarse antes de dormir.

El presidente Gustavo Noboa, luego de la misa del gallo, congregaba a los ciudadanos madrugadores con un cencerro de misa. Los cencerros son las campanillas que antiguamente usaban los curas. Una vez que tenía un buen número de jubilados y funcionarios públicos empezaba la mañana contando una ronda de cachos. Acá les decimos cachos a los chistes, no sé cómo les dirán ustedes en México. Y a los que no se reían, por decreto presidencial, ordenaba un juicio sumarial por traición a la patria.

Cuando culminó su régimen, y antes de ceder la banda presidencial al otro mandatario, tuvo que irse a esconder a la embajada de Puerto Rico. Allí permaneció casi un año el pobre, sin salir porque en las puertas estratégicas lo esperaba el ex presidente León Febres-Cordero con una docena de perros entrenados para despedazarlo. Las únicas visitas que tenía estaban prohibidas, pero los de las prensa se las arreglaban para tener sus declaraciones de cómo cocinaba la mujer del embajador y los comentarios deportivos del por qué los jugadores del Barcelona son tan brutos y los de Emelec tan borrachos. Los diálogos eran a gritos desde los balcones de los edificios de frente a la embajada.

León Febres-Cordero, el más importante líder político vivo del país y nombre de animal felino. Su régimen comprendido en el periodo del ochentaicuatro al ochentaiocho. La verdad es que entonces estaba muy chico como para acordarme, pero hasta estos días quedan los estragos de su temible política represiva que acabó con los primeros levantamientos guerrilleros en el país.

Recuerdo como si fuera ayer el día en que vino un primo de mi mamá, un tal Frías. El señor no tenía oficio conocido, ni un trabajo estable, ni nada que justificara el lujo de los vehículos aparcados en su cochera. La primera vez que lo vimos llegar por sus propios pies fue una remota tarde. Yo abrí la puerta y lo vi con la ropa sucia, con el aliento a aguardiente y con la cara de no haber dormido en muchos días. Le contó a mi mamá que había mandado a su mujer y a las hijas a Colombia y que él no había dejado el país por temor a que lo sorprendiera el escuadrón de la muerte en la frontera. Resulta que el señor con cara de político, camisas de hilo y de modales de Carreño en la mesa era el cabecilla de una célula del grupo clandestino Alfaro Vive Carajo. Mi mamá cerró la puerta cuando le contó su afán de ocultarse en la casa hasta que la requisa terminara. Creo que del miedo ella llamó a la policía. Desde esa tarde nunca lo volvimos a ver.


Capítulo decimocuarto: Y todavía falta más.

Anoche me acosté a las dos de la madrugada. Desperté y vi la hora en el fono, las ocho de la mañana. Según yo había dormido un día completo y ya era el amanecer del lunes.

Quise dormir un poco más, pero no pude. Creo que se me quitó el sueño por el cargo de conciencia de tener la ropa sucia acumulada en dos semanas. Me levanté, encendí la lavadora y, después, la bomba. En el tercer mundo sólo tenemos agua por bomba de succión y cuando se va debemos arrojar por el pozo en el centro de la alcea un balde amarrado con una soga. A veces los médicos de la Onu se enojan, pero ese es otro cuento.

Aunque estoy despierto desde las ocho de la media madrugada hice unas tareas pendientes, me entretuve barriendo el cuarto para no aburrirme, y para qué, todavía tengo energías. También tengo un cartón lleno de películas, ya me las vi todas, pero talvez me ponga a verlas de nuevo. Todas todas todas.

La semana pasada me dio por prestarles a mis amigos las que yo creía las mejores películas, trataba de adivinarles el gusto. A Anita le presté el Efecto Mariposa en la aparece el chico al que le digo el Efecto Mariposa, Colateral con el Ton Cruz y Celular protagonizada por la novia de Batman. A Paola, el Eterno Resplandor de una Mente Brillante con el, éste, Jin Carry. A Juan Carlos se me olvidó llevarle La Belleza Americana en la que aparecen el Hombre Araña cuando aún era chiro y la niñita que hacía de Merlina en los Locos Addams, ahorita me acuerdo en que hay una parte en que ella se levanta la blusa y el Hombre Araña la filma con su camarita, nunca me olvidaré de eso. Y finalmente, Tamara que me pidió que le preste una porno sólida. Já, no me crean, yo siempre miento. En realidad no me pidió nada, pero de todos modos pensaba llevarle la Pasión de Jesucristo pero también lo olvidé.

no, yo no vivo aquí.

Este creo que ha sido el post más extenso que he logrado escribir. Una evidencia de todo el tiempo libre que tengo. Se me ha ocurrido hacer más experimental a este sitio y no atarme a los mil quinientos caracteres regulares en cada post. Así que quedan advertidos. También quisiera sincerarme en otras cosas mas, pero ya está muy largo esto, yo mismo ya me aburrí.

martes, octubre 18, 2005

Capítulo decimosegundo: ranchito day.

Acá sentado frente a la compu, sin sentir remordimientos por la tarea que no hice hoy. Será porque yo no le hago caso a nada que no sea del tamaño de mi grandeza.

Debería de cobrarles por cada poste, en especial a los que no comentan. Se admiten bonos del Estado o fotografías de cuerpo entero de chicas bonitas, de preferencia sin ropa.

Apropósito, a la salida de la U, Anita me llevó a dar una vuelta en su automóvil nuevo. Tan aniñada la muchacha que no condujo porque tiene chofer. Entonces comprendí cuán grande es mi carestía, era la primera vez que me subía a un auto con vidrios eléctricos. Que cosa tan linda jugar con los botones. Fue un fugaz retroceso en la edad. Como en los tiempos de mi niñez cuando me divertía poniéndole granos de café tostado en el plato de la sopa de mi abuelo, para infundirle el temor a Dios que tanto quería mi abuelita.

forever and ever too fast.

Mi día laboral terminó hace una hora. Mañana sí tendré una jornada agitada. Tengo una hoja llena en la agenda de citas previas. Así es como yo le pongo a mis clientes, citas previas. De modo que si alguien quiere verme a las, no sé, pónganse a las cuatro de la tarde, pues a ver en la agenda. Toda la vida estuve creyendo que lo que a uno le daba la mayoría de edad era el cartón de la cédula de identidad, pero no, en realidad ha sido tener una agenda en la que anotas los nombres de las personas que hacen fila por verte o en qué hora debes de tomar la pastilla para la ulcera gástrica, la Ranitidina MK de trescientos miligramos, la bonificación es de diez mas cuatro, o si prefiere cien mas cincuenta, mire que los de Difare y Ecuaquímica son unos sabidos de mierda, yo le doy el siete por ciento de descuento y ellos apenas el cinco y el resto ni siquiera eso, se comen solitos la plata, qué mas quiere, por qué cree que no tengo carro, porque me dedico el día hacer feria mi sueldo, porque al fin y al cabo yo no estoy aquí para venderle sino para aconsejarle pues la felicidad no es una obligación.

domingo, octubre 16, 2005

Capítulo décimo: la alegoría de la hiper realidad.

De lunes a viernes, antes de salir a trabajar, estoy puntual frente al único espejo de la casa. Cuando mi mamá me ve listo para un nuevo día, empieza con el interrogatorio de que si acaso trabajas para los hermanitos. Y yo le respondo que no. Entonces, por qué estas vestido de camisa celeste y pantalón negro. Ese es el uniforme que obligan usar. Qué haces con ese maletín que usan sólo los hermanitos. Aquí llevo mis carpetas de Sophia. Y por qué andas a cargar a todos lados esa Biblia y yo le digo que no es nada la Biblia sino un libro que estoy leyendo, no le digo cuál porque si le digo que es del Gayli seguro me pregunta si ahora me creo Juancho, el del Gran Hermano.

En ocasiones me va bien en mi trabajo y mi día rutinario termina en algún Servipagos. Otras veces terminan de forma absurda, como el viernes en que me tocó visitar a un tipo tan cara dura que ni siquiera tenía desarrollado el instinto de auto conservación, porque ya era la enésima vez que le insistí cuándo va a pagar todas las facturas que tiene atrasadas. Sin levantar la vista del periódico me dice que mañana. Yo le digo ayer me dijo lo mismo. Y me responde, seguro mañana. Qué pena pero ya me dijeron que le diga que ya no habrá mañana. Y él me responde mentira. Y yo le dije, tendré que levantarle un informe. Hágalo. Y yo le digo esta bien, usted cargara con el peso de sus palabras y entonces, en lugar del informe, me toca hacer una llamada a la central y antes de terminar de comunicarles la novedad llega un furgón en cuyas puertas está pintado el inocente logotipo de la farmacéutica y en el techo lleva un letrerote que dice le estamos cobrando a un moroso y antes de que termine de detenerse, antes que el señor de la farmacia termine de leer el Bonil del día, se bajan cinco gorilas bárbaros que apenas si saben expresarte en lengua de cristianos. Enseguida arrancan los letreros y quedan los tornillos torcidos como muelas extirpadas. Saquean los aparadores. Sacan el cascarón de la pintura del color de la medicina de la fachada. Remueven los cimientos y las personas en el interior caen confundidas por la ventana. Buscan todo lo que pertenece al laboratorio y si la mujer del moroso está rica, también se la llevan.

Y antes de perderse en una esquina del camino, todavía agarrados de las puertas del furgón, me gritan que si otra vez caes con un cliente así te capamos, y yo digo, con que para esto quedé, quedé para ver cómo se llevaron todo, como dejaron un hueco en el terreno donde antes estuvo la farmacia. Ni siquiera me dieron como bonificación la colonia de Juancho que les pedí, qué desgraciados, malparidos, hijos de puta.


Capítulo decimoprimero: ya, enserio.

Hoy me desperté con la bulla que hizo mi hermano frente a la tele. Él estaba viendo como todos los domingos el programa del Guapo Vera por el 2. Entonces el muy burro comenzó a agarrar a patadas a la tele, porque según él no sintonizaba bien el canal. Mi mamá le gritó desde la cocina. Pero luego de un rato descubrimos que no era el televisor que fallaba, sino que desde el canal llegaba la señal distorsionada. Lo más sorprendente fue cuando el mismo Guapo Vera dijo frente a las camaras para toda la población nacional que los militares en complot con el defenestrado presidente Gutiérrez eran los culpables de la anomalía.

Sí, sí, eso mismo.

Desde entonces hasta esta hora no he vuelto a ver el canal. Estoy esperando a que sean las seis de la tarde para ver Sabrina. Si encuentro la señal dañada ahí sí me va a doler. A mí que me quiten la libertad de expresión, pero no el show de Sabrina. Ahora eso faltaba, militares desgraciados, por qué no le quitan la señal cuando están dando Doraemon, que ya me sé de memoria los diálogos de tanto que lo repiten y eso que ni lo veo.

miércoles, octubre 12, 2005

Capítulo noveno: si tiene un problema sin solución, póngase un blog.

Ya son quince días de cuando culminé mis prácticas en la revista de la Cámara de Industrias. No sé si sea por mi terquedad congénita, pero quería quedarme trabajando en ese lugar, y no porque fuera una realización personal, ni mucho menos porque me gustara recibir las órdenes caprichosas de mi jefa que me pedía que por favor consígame el horario de dormir del Secretario de Comunicación de la República. Esta bien doña Maruja. Averígüeme a qué hora llega el canciller de Irapuato. Esta bien doña Maruja. Dígale al señor Toral, cuando llegue, que se bañe porque no lo voy a recibir así de puerco. Esta bien doña Maruja. Si vienen los agentes de la DEA dígales que me morí de sobredosis de talco mezclado con pólvora. Esta bien doña Maruja. Riegue las tumbas de mis últimos asistentes que se suicidaron antes que usted. Esta bien doña Maruja.

No me habría quedado en este sitio por el sueldazo porque las secretarias que ahorita me acuerdo son bien nalgoncitas, me decían que lo que ganaban apenas si les alcanzaba para cubrir los gastos que generaba su propio trabajo, sino por sacarme la mala conciencia de estar estudiando una carrera que no aplico para nada.

Y para terminar de ponerme pesimista. Me proyecto al futuro donde termino con mucho esfuerzo los seminarios y obtengo por fin mi título de Periodista Profesional para al instante estudiar una carrera igual de inútil, publicidad. Y así, hasta que en una de esas me encuentre a mí mismo llegando atrasado a la segunda hora de Diseño de Interiores, me reprenden en un injusto estado de igualdad, y descubro que tantos años como estudiante apenas han servido para saber que he tenido siempre la misma edad de mis compañeros adolescentes.

PAUSA: Allí esta otra vez la canción del comercial de Sedal. Qué bonito. La escucho en el otro cuarto donde está el televisor encendido. Por eso digo que no vale la pena amargarse la vida por tonteras.

siga para adelante. no se quede.

domingo, octubre 09, 2005

Capítulo séptimo: la noticia Pilsener.

Un duro revés ha sufrido el mundo de los asaltantes de barrios y los pandilleros de colegios fiscales ante la temprana pero deseada muerte de uno de los mayores exponentes del arte del Perreo 2004.

El ajusticiamiento habría ocurrido en un hecho tan confuso que todavía no se ha podido esclarecer la circunstancia de la muerte, ni la identidad del occiso. Se cree que la víctima puede ser Luni Tun o Dadi Yanqui, “no importa, todos los perros se parecen”, ha declarado el asesino confeso que habría sorprendido al artista robándose una gallina de su propiedad. “Lo bajé a bala de los alambres del techo”, y lo remató cuando estaba dando tumbos de agonía sobre las piedras del patio.

Sin embargo, otra hipótesis indica que el homicidio habría ocurrido por una gresca entre pandilleros surgida en una fiesta de cumpleaños, indicó la viuda poco antes de preguntarnos si le daríamos dinero por sus declaraciones.

“El Perreo 2004 ya no será igual”, declaró el conocido Don Omar mientras le sacaba con alicates las muelas de oro al cadáver en su ataúd. “Qué pena que se haya muerto”, dijo, “me debía mucha plata”.


Capítulo octavo: llegué y ya quiero irme.

Tengo la extraña sensación de que he dormido todo el día. Siento como si acabara de amanecer, pero no. Son las nueve de la noche y yo acá con una taza de café que es el que tomo todas las mañanas antes de empezar el día. Juraría que acaba de cantar el gallo que el vecino tiene amarrado en el patio.

Esta tarde fui al cine. Cuando salí tuve la sensación de haber trasnochado. No me acuerdo el nombre de la película, pero si hubiera sido mala me acordaría. Como la de Sin City. Al terminar de verla me preguntaron, entendiste algo, y yo, ni madris. Qué película tan mala. Si piensan verla, piénsenlo dos veces. Y si les ofrecen a cambio de sus entradas una función de dos por uno en el Circo del Cholito on Ice, acéptenla.

tóma tu música. y tu sánduche.

A veces hay cosas mejores en la televisión que en el cine. Como el comercial de Sedal. El video es estúpidamente alegre, en comparación con el soud trank melancólico. Allí es cuando uno dice, qué canción tan buena, cada vez que la escucho termino llorando.

Apropósito de llantos. Mañana toca clases con dos profesores que se empeñan en hacernos perder el tiempo, y yo aún no he preparado mi mochila, ni he planchado el uniforme. Estuve buscando por todos lados mi lonchera de Rambo y apenas si encontré el termo debajo de la cama. Como si fuera poco perdí el chismógrafo de una amiga y la revista porno que me encomendaron. La tarea de matemáticas se la comió el perro y he olvidado cómo se hace el nudo de la corbata.

sábado, octubre 08, 2005

Capítulo sexto: todo mi amor.

Cuando tú sientas calor sin saber porque. Es que alguien desde lejos piensa en ti, créeme. Cuando duermes en tu cama y una llama te quemó. Alguien te busca. Yo te quiero en la distancia, colgada del estrés. Entre mares y ciudades yo te busco en donde estés. No se muy bien tu nombre, ni dónde te veré. Yo quiero. Quiero. Yo quiero que me quieras como soy. Yo quiero que me quieras porque sí. Un palacio en el espacio, sólo para ti. Yo sueño que me sueñas en color. Viviendo, y desviviéndote por mí. Para tí todo mi amor, todo mi amor. Busco por las calles tu inicial, tu mirada en un papel. Y te llamo y te reclamo dónde estás, contéstame. No se nada de tu cuerpo, ni tus ojos, ni tus labios, ni tu piel. Yo quiero. Quiero. Yo quiero que me quieras como soy. Yo quiero que me quieras porque sí. Un palacio en el espacio, sólo para ti. Yo sueño que me sueñas en color. Viviendo, y desviviéndote por mí. Para tí todo mi amor, todo mi amor. Sabes que no miento, esto es lo que siento. Para tí todo mi amor. Te quiero. Yo quiero que me quieras como soy. Yo quiero que me quieras porque sí. Un palacio en el espacio, sólo para tí. Yo sueño que me sueñas en color. Viviendo, y desviviéndote por mí. Para ti todo mi amor, todo mi, todo mi amor. Yo quiero que me quieras como soy. Yo quiero que me quieras como soy. Yo quiero que me quieras porque sí, como soy. Un palacio en el espacio, sólo para ti. Sólo para ti. Yo sueño que me sueñas en color. Sueño que me sueñas viviendo, y desviviéndote por mí. Como soy. Para tí todo mi amor. Para ti, mi amor. Todo mi amor. Yo quiero que me quieras como soy. Todo mi amor. Yo quiero que me quieras porque sí. Todo mi amor. Un palacio en el espacio. Para ti, sólo para ti. Yo sueño que me sueñas en color. Viviendo, y desviviéndote por mí. Para tí todo mi amor, todo mi amor.

border girl. la mujer más hermosa del mundo.

miércoles, octubre 05, 2005

Capítulo cuatro punto cinco: con la soga al cuello.

Anita Y Carlos Luís se casaron. No importó las veces que le dije a ella, arrepiéntete. Lo hizo y de buena gana. Es la primera vez que una amiga se me casa.

La verdad es que yo estuve esperando toda la semana pasada la llamada en la que me dijera, no nos casamos, pero ayer me timbró y le dije, el sábado a esta hora estabas casándote, no te arrepientes y ella me dijo que no, nunca.

Anita sabe muy bien que en toda decisión que tome yo estaré allí, llevándole la contraria. Sólo para mortificarla. El día que nazca el bebe le voy a insistir, ponle Ricardito, para que sufra el muchacho, para que aprenda lo que es bueno, porque los que llevamos ese nombre nos atormentamos una barbaridad, al menos eso dicen.

Lo que no me gustó fue que aquella noche ella estuvo llorando, como si yo me hubiera muerto.

A veces discuten muchísimo y se los he dicho, no tienen nada en común. Ella es locutora de nueve a once de la mañana en 11-Q y él de radio Disney en el horario de las tardes de domingo. Ella sube todas las mañanas por un ascensor que produce un lúgubre sonido de cadenas de penitente hasta el piso 25 del Forum, mientras él trepa las escaleras apurado, hasta algún piso del edificio del Comisariato de la Nueve de Octubre.

el feo Forum.

Un día lo fuimos a ver al trabajo y tenía cara de prófugo de escuela, le sacamos unas hamburguesas para alegrarlo. En otra ocasión me tocó poner los Mac flurrys porque el triste era yo. Eso se llama terapia grupal.



Capítulo cinco: una guerra de hombres.

Si yo veo en la calle, vestido de mortal, al Gayli me le arrodillo, me le santiguo, hasta un padre nuestro le rezo, y de paso le pregunto qué es lo que se fuma antes de escribir.

Yo no sé cómo un marica de esa calaña puede escribir una cosa tan hermosa con las mismas manos con que se ha masturbado. Maldito perro. Un día lo sabré y entonces yo tendré el poder y me acordaré con cierta compasión del pobre muchacho sin sueños, sin amor y sin dinero que escribía en un blogo muy afamado.

Los últimos días de la prensa es un libro bien maldito, sólo para hombres, caracho. Un día, mientras lo leía en clases, se me ocurrió recitar un elogio en voz alta para el autor. Paola logró escucharme y me preguntó, te le quitarías la ropa a quién. Claro, la muchacha exageraba.

incluye muchas mentiras.

Lo primero que hice esta tarde, luego de cobrar mi sueldo en el Produbanco del Mall del Sur, fue comprarme en la Científica, la mujer de mi hermano del mismo Gayli. Lei unas páginas, y lo encontré un poco aburrido. Confío en que mejore.

domingo, octubre 02, 2005

Llega un momento en que un blog llega a tener tanta fama que los amigos terminan por decirle a uno lo que debe escribir.

Por supuesto, ésta es la vida de Ricardo reallity weblog. El blog desconocido pero crucial en la historia de la humanidad.

Por tratarse de una edición especial y solicitada previamente al concejo editorial, he decidido separar mi vida por capítulos para disimular un poco la monotonía.


Capitulo primero: Tamara llega a las siete.

Fue a la segunda hora de clases del jueves que estuve conciente de la acogida que tiene este medio informativo. Tamara estaba a la mitad de su tarea de diagramación. Cuando me acerqué decidió ponerse más cómoda. Acostada en la incómoda silla y con las piernas extendidas sobre las de Paola me dice con dejo de mujer fatal, quiero aparecer en el blog. Y yo le digo que únicamente con la condición de que te dejes fotografiar como a las chicas de la Extra. Yo no sé cómo es que ahora tengo tanta facilidad para decir cosas absurdas, y lo que más me intriga es que no me devuelvan una cachetada. La fotografié al día siguiente sin que ella se dejara, durante una exposición.

Tamara FM.


Capítulo segundo: La chica que apaga incendios.

Paola es voluntaria del cuerpo de bomberos de guayaquil. La verdad es que yo no me la imagino en una situación incendiaria, pues es bastante delicada. El viernes la vi muy entusiasmada porque le tocaba guardia. Le dije mas o menos así, si quieres provoco un incendio. Y ella me dijo pirómano. O sea, mi voluntariosa contribución fue rechazada. No importa, ya veré qué quemo en el patio de mi casa. En eso estaba pensando cuando me pidió prestado el fono para enviar un mensaje, tal y como consta en la fotografía.

Paola MsM


Capítulo tercero: yo robot, y a mucha honra.

Bip, bip.

sábado, septiembre 24, 2005

allanarse.

La semana pasada hubo una evaluación en mi trabajo. Por tres días seguidos tuve que reportarlo todo, el listado de los médicos, las farmacias y todo lo que tuviera que ver con asuntos de enfermos. Hubo contadores que estuvieron contabilizando hasta las sobras del almuerzo. Qué trabajo tan horrible, pobre gente.

Luego tuve que verle la cara a la gerente o gerenta o como sea que se diga. Ella me dijo con un tono solemne, debo darle sus resultados. Me embargó en tremendo sentimiento de alivio, pensé, me van a despedir. Pero no, sólo era un llamado de atención. Que mi productividad ha bajado y cómo no, si me la paso haciendo las tareas en la revista.

A la mitad de mi carrera aún temo desconocer cuáles son mis aptitudes. Una de las muchas evidencias apunta para zapatero. Por ejemplo, ayer Tamara andaba arrastrando un pié, se le había dañado un zapato. Por más que busqué en todos lados no encontré un solo clavo, ni una gota de cemento de contacto porque se lo habían consumido los organizadores de la casa abierta. Tocó arreglarle con lo que tenía a mano, chicle y babita. Imagínense, y luego dicen que los hombres no servimos para nada. Con tal antecedente también puedo aplicar para médico de hospital rural.

Pasando a otros temas de mayor interés, anoche llegaba a mi casa a la media noche. Sentía gotitas de agua en la cara. Se me ocurrió, quién será el mierda que está escupiendo a la calle. Luego, cuando vi el patio empantanado en una densa neblina, descubrí que resultó ser la primera tentativa de lluvia tras varios meses de sequía.

URGENTE:
Esta noche es la final del Gran Hermano y con eso termina el motivo de todas mis guerras y el objeto de todas mis luchas. Al menos hasta que empiece la nueva temporada. Para entonces espero no haberme metido para cura.

domingo, septiembre 18, 2005

la reportera sexi.

Andrea es Melissa y tiene una columna diaria en el Súper. El periódico se publica desde hace más de un mes. Lo que no sabía y vine a enterarme hace unas semanas es que mi amiga, la que se sienta en la banca de más adelante, la que soporta todas las horas de clases bajo el mismo cielo de ventiladores giratorios, la que no registra una falta grave en el historial infame de nuestro curso, es la responsable que las personas vayan en los buses con la cara metida en el diario como si estuvieran enterándose de su porvenir, los que cruzan la calle mientras leen sin mirar por dónde se pierde el auto de latas sueltas que por poco se los lleva, los señores ocultos bajo la sombra del parasol del periódico abierto de par en par en las esquinas, las señoras que esperan el verde del semáforo y fuman a la vez que tienen doblada a la mitad la crónica de la historia del amor de hoy. Todos iban sumergidos en la última noticia que siguen como si fuera la suya, yendo de un lado para otro con el periódico bajo el brazo, mientras yo pienso pero qué gente tan rara, si parecen bloggers. Supe que era ella quien las escribía cuando un día de hace dos semanas llegué a la universidad y me preguntaron que si ya la había visto a Andrea y yo dije que qué pena pero hoy no vino a clases, pero no fue así porque alguien abrió el periódico en la última página y dijo aquí está y yo la vi, y era ella fotografiada con una pluma en la mano, sonriendo desenfadada, respondiendo pacientemente a las cartas que le envían a su sección suplicándole que señorita Melissa, la chica que quiero no me quiere, y ella les contesta que lo primero que hay que hacer es ser amigo de sus amigas para que la tarea de enamorarla sea una trabajo de convencimiento grupal. Señorita Melissa, tengo una amiga que esta enamoradísima de los locutores de radio y ella le responde que llévatela a dar una vuelta por las emisoras para que se decepcione porque una cosa es la voz y otra la persona. Señorita Melissa, tengo doce años y estoy embarazada de mi enamorado de 24, y ella le dice que no te desesperes, aunque es una situación grave tiene un arreglo y no se te ocurra el aborto, mas bien cuéntale el problema a tus padres, seguro se pondrán muy histéricos pero son los únicos que pueden ayudarte. Señorita Melissa, me voy a morir, pero no se mueren nada, sino todo lo contrario, viven para siempre en las cartas publicadas en los miles de ejemplares diarios, ella les responde sin distinción, como si todos fueran una sola persona, midiendo su respuesta de acuerdo al tamaño de nuestro destino porque solamente ella conoce lo que todos ignoramos, porque ella es la única de nosotros que ha sabido comprendernos a todos. Así es.

Andrea

domingo, septiembre 11, 2005

aquí no hay mosquitos.

Talvez lo mío no sea ganarme un premio de literatura. Con el trauma de quedarme de año por faltas excesivas en la U, el trabajo que hago a medias, la labor comunitaria que realizo en la CIG y mi escrito descuidado por una dolorosa mezcla de falta de creatividad y tiempo, en lugar de nominarme para el Alfaguara 2006 debería estarlo para el Nobel de la paz.

El trato con mi superiora en la revista ha mejorado. Ahora se arriesga a lanzarme de vez en cuando un, lo que escribe está medio decente. Tremendo halagazo. Pero cuando yo me resiento lo hago a muerte y lo único que puede remediarlo es un acto heroico por parte de esa persona.

Debo reconocer que las instalaciones del edificio son de primera, para todo se usan tarjetitas de identificación, bip para abrir las puertas de vidrios blindados que mantienen a raya al desaliento de la tarde, bip para que el ascensor que asemeja una sala de cirugías se detenga, bip para ingresar al baño en el que bien se podría comer sobre los lavabos sin riesgo de contraer una infección.

Es que esa institución es la equivalente de la Presidencia de República, pues pertenece a la asociación de los industriales quienes son los que proponen a los intendentes de la policía y la cantidad de indigentes en las calles. Reciben del gobierno favores desmedidos a cambio de servicios temporales. Señalan con el dedo a los árboles que deberán dar frutos y el sitio donde se ocultará el sol. Son un ejemplo de superación personal, la envidia de Pautemoc Sánchez.

lunes, septiembre 05, 2005

windows me.

Durante la semana pasada empecé las pasantías en una revista. Sí, yo sé que querían leerme en Soho. Tendrán que conformarse con una de baja calidad de la cual no voy a poner el enlace porque más periodístico y profesional le veo a la de Pancho Jaime. Más futuro tiene una porno.

Nunca he trabajado en un medio escrito. Así que estoy resignado a que me llamen la atención hasta por la forma de escribir, pero no como lo han hecho que ni siquiera me hacen valer lo que redacto y claro, Ricardo weblog, para servirle a usted, tiene un buen corazón pero también un mal hígado. Pero esa vieja, uno de estos días, me encontrará con las entrañas fruncidas del coraje.

La impresión del primer día fue muy buena, risita, frasecita ingeniosita y halago. Se hizo una buena idea de mí, pero todo se fue al carajo cuando me hizo agarrar un fono. Y yo que le tengo fobia a los teléfonos. Ni a mis amigos llamo. Y tocó hablarle a un señor, muy amable. Ni idea tenía lo que iba pedirle, pero ya estaba en la línea. Fue allí cuando la vieja sacó el mazo y sólo le faltó decirme, vente para acá, putita.

Me trató como a una mierda. Me dictaba lo que tenía que decir porque usted no sirve ni para una llamada. Iba a darle el teléfono para que ella misma hable. Pero me tragué el mal rato gracias al angelito espontáneo que apareció sobre mi hombro diciéndome, pobrecita, cómo debe sufrir la muy putona para que sea así. A la vez que se desgañitaba en el otro hombro el demonio diciéndome, mándala a la casa de la verga esa vieja puta. Pero tengo el defecto de que mis oídos permanecen sordos ante la voz de la razón.

Tengo una idea fija para defenderme de todo ataque, piche vieja coatlicue, no vas a hundir mi coche. Lo que más me duele de hacer las prácticas será el retrazo en lo que estoy escribiendo y el alejamiento del blogo. Viéndolo desde el lado bueno. El distanciamiento es lo mejor, mis secretos personales dejaran de ser de dominio público, almenos por treinta días.

miércoles, agosto 31, 2005

run.

La noche de ayer hubo una mesa redonda en el auditorio de la Laica. En esas situaciones Cinthya es la brigadier de nuestro curso y cada cosa que queramos hacer u omitir hay que comunicárselo con anticipación a ella para que se lo informe a su superior para que así nos hagamos la idea de que la autorización viene desde las más altas esferas. El tema se trataba de bla bla bla. Marchó de forma normal hasta el momento de las preguntas dirigidas por el público. Fue entonces cuando Tamara, que estaba junto a mí, me pidió que llámala a Cinthya. Le dije que eso no podía ser. Acaso ya no eres su amigo. No es eso, lo que pasa es que la reconciliación no duró ni una semana.

No le quise contar que el miércoles de la semana pasada, cuando le lanzaba bolas de papel a Anita porque estaba pasándose de perruña con una tarea en clases, sentí una mano extraña que me picaba el hombro y que resultó ser la de Cinthya que quería decirme si quieres ir a una fiesta. Y yo le pregunté dónde. En la casa de Stefany. Cuándo. El sábado. A qué hora. A las diez, espérame en la gasolinera de la floresta. Está bien, allí estaré y allí estuve aguantando el frío por más de una hora, esquivando las esquirlas de las botellas de una pelea de borrachos que no me arriesgue a ver cómo terminó, con un regalo de cumpleaños en una mano y en la otra un teléfono escribiéndole a Princesa de las Tinieblas para hacer más soportable la espera de los primeros minutos. Luego, la penumbra, se pobló por un silencio inmóvil que fue interrumpido por los saltos de pulga de los estambres de espinas arrastrados por el viento helado que irrumpieron sin sorpresa y en silencio por un ventanal roto y finalmente salieron por una vetusta puerta abierta. En aquel instante recibí un mensaje de Anita en el que me preguntaba qué tal te va con tu cita.

Nunca llegó, y nunca antes me había sentido tan enojado como esa noche. Qué ganas de putearla, se los juro. Pero ella tenía el teléfono apagado, como que se las olía, y mientras más llamaba y contestaba la grabadora, más rabia me daba. Por menos de la mitad de eso he dejado de hablarle a una persona que he querido muchísimo. Pero se me pasó el disgusto cuando encendí en mi casa la televisión con el tiempo justo para ver cómo lo sacaron del Gran Hermano a Jarén, por aguado. Eso por lo menos me devolvió la seguridad en la justicia divina. Y ahora que lo recuerdo no le guardo ningún rencor a Cinthya, más bien me causa gracia, por no decir risa. Creo que soy mal llevado.

Desde mi última decepción, que no se las he contado con quién porque respeto muchísimo a esa persona, se me han quitado las ganas de buscar. Mejor dejo que me encuentren, porque si anduviera buscando a alguien, esa sería Tamara que es bastante simpática, graciosita y un poco cruel, pero en el fondo muy noble y de buenos sentimientos, aunque no tan tetoncita como yo quisiera. Algo malo debía de tener, no?

miércoles, agosto 24, 2005

un día normal.

Por fin hice una llamada que iba posponiendo desde ayer y con eso doy por terminado mi jornada laboral del día. Hoy fui a trabajar con la barba atrasada y con mi semblante de anochecido. Si alguien me viera daría el llamado a la policía por mi cara de presidiario. Y yo, no señora, no se apure que la compu es mía.

No quiero ir a clases porque no hice un deber muy pendejo y apresurado que nos mandaron el lunes, y en parte porque me da mucha pereza eso de rasurarme, lavarme los dientes y bañarme. Pero a Dios gracias soy muy inteligente y encontré algo parecido a una solución. Primero, Llegaré a la tercera hora y segundo, me bañaré mientras me afeito y me lavo la boca para que el trauma de quitarme la mugre sea menos fuerte. Una vez vi a una chica hacer todo eso cuando se duchaba, creo que fue en mi vida pasada, y para qué, quedó muy bonita, más sana, incluso engordó la muchacha.

Lo peor que le puede ocurrir a un vago es estar cansado y ese es mi caso. Llego a mi casa todos los días mareado de nauseas y viendo puntos negros de agotamiento. Si fuera una chica estuviera muerto del susto, pero bien sabemos que los hombres no nos embarazamos así que puedo andar tranquilo.

Apropósito de muertos, ayer andaba muerto del sueño y supongo que nadie se dio cuenta. Entre pesadillas salí de clases a comprar unos chicles y cuando regresé saludé con un beso en la mejilla a Juan Carlos y de un apretón de manos a Tamara. Hasta creo que terminé haciéndome más amigo de Cinthya.

domingo, agosto 21, 2005

like you.

El viernes fui a clases, como siempre, y regresé a mi casa en la madrugada. Harto estudio en la U. Llegué a las dos de la madrugada. A correazos me subieron. No, mentira. Sólo me esperaba el único que ser que me espera, mi gato, para que le dé de comer.

Ya me había hecho la idea de no hablarle a una persona muy conocida por ustedes, pero eso fue exactamente lo que dejó de ocurrir éste fin de semana. Para mi sorpresa me encontré con ella en el mismo taxi y despidiéndome con un beso en la mejilla de la persona que juré nunca volvería a saludar, Cinthya.

No cabe decir que nos perdonamos porque como ella mismo dijo no somos nadie para perdonar a nadie, sólo puedo reconocer que otra vez establecimos relaciones de buena intención. Hablamos toda la noche lo que no habíamos podido en dos años. El motivo del distanciamiento, mis resentimientos de larga duración.

Hasta de ustedes hablamos, y quedamos en que le ayudaría a ponerse un blog, y me alegra haberlo escrito, porque ahora sí, con la declaración escrita, me siento comprometido ayudarla. Solamente espero no redactar el poste de rectificación.

Me contó que se sintió muy defraudada con los mensajes que le envié a su celular hace dos años. También le parece que ya no publico cosas en el blog con tanto contenido como antes. Así mismo, le dije, que me sorprende que todavía escribiera con la izquierda.

Hay cosas que cambian y otras que no. Tampoco me gusta repartir los te quiero mucho a todo el mundo y ahora intento aprender a dárselos sólo a quienes las merecen y únicas dos personas con quienes me escribo. Uno muy grande para Princesa de La Tinieblas por quien siento mucho no se haya concretado el viaje a GYE, Distrito Federal. Y otro para Carol, que se fue a la playa y ni se dio tiempo en el camino para pasarme recogiendo. Igual las quiero a las dos de formas muy distintas y únicas.

miércoles, agosto 17, 2005

only princess admitance.

Pasé por la Californication y estuve viendo por unos minutos cual de los dulces me convendría comprar hasta que por fin me decidí por el único que compro siempre, una bolita de chocolate rebosante en manteca de chancho. El botón de autodestrucción de éste blogger tan sólo cuesta cincuenta centavos. No pude reprimir mis lágrimas de cocodrilo chocarrero cuando extraje de mi bolsillo todo lo que tengo para vivir hasta fin de mes, dos dólares arrugados, un chicle masticado, una polilla y una tapilla de cola.

Antes el dinero me alcanzaba para darme gustos, y no es que yo esté forrado en billetes, eso será cuando muera y mis obras cobren fama mundial, pero ahora apenas si tengo para la buseta. Imagino que tal estado de escasez viene por las dos tarjetas mensuales de Internet.

No me sorprendería que llegue el mes próximo la planilla del fono adjunta a una orden de arresto. Pero no le temo a eso, pues estoy acostumbrado a vivir en este mundo en que no hay nada. Ni siquiera tumbas para los muertos, sino que los bajan a machetazos de los caballos y los entierran allí mismo, sentados. En que la luz aun permanece incendiada por los nubarrones de azufre de la creación. En que hay que disputarse un puesto con los cangrejos para dormir. En ésta tierra tan lejana que ni siquiera Dios ha podido llegar.

Nada de eso me preocupa, sino otra cosa, que para dentro de treinta días se me viene un problema enorme y ni siquiera mi naturaleza múltiple me pondrá a salvo de la destrucción. Si por lo menos tuviera un sicario para defenderme. Tal parece que se avecina un nuevo triunfo de las fuerzas del mal.

domingo, agosto 14, 2005

Qué bonito.

Se nota que me han extrañado muchísimo, la cajita de los comentarios me lo indica. Ya me imagino que si un día alguien, no sé, el que reparte periódicos de casa en casa les dice al llegar a la suya, saben qué, se ha muerto el del blog de la esquina por falta de visitas. Sin interrumpir la partida de ajedrez alguno diría sin pena, ya era hora. Otro por ahí sin pestañear de su programa de televisión confirmaría, hace tiempos. Alguna señora desde la cocina y sin dejan de picar las cebollas, sí, qué bueno que se haya muerto para siempre.

No habría mayores vacíos en éste mundo que el de una silla pika frente a una televisión con vista al Gran Hermano, y ninguna otra herencia qué repartir que una cámara de tres y medio de megas mordisqueada que no capta bien imágenes en movimiento en el tumulto de personas que nos agrupamos como borregos en un centro comercial para ver en persona a una de las eliminadas del reallity.

Ya se me olvidó qué día fue, creo que el martes por la tarde, en que estuve con una hora de anticipación esperando la llegada de Liliana, la chica fuerte y la más bonita del Gran Hermano que fue eliminada la semana pasada. Estaba con ansias desde la mañana en que recibí un mensaje y llamaba a todos mis amigos faranduleros que a larga terminaron enterándose por mí del rumor enredado entre distintas verdades contrarias y boletines de prensa desmentidos por quienes luego se encargaban de confirmar su autenticidad. La verdad de la noticia extraordinaria que fue verla, como la vimos, en un éxtasis de asombro infantil ante el tumulto de gente que gritábamos su nombre.

Nuca me ha entusiasmado el fútbol, ni la política, ni los papas muertos, ni el derrumbe del gobierno, ni el despertar de la creación, porque yo, al igual que toda ésta gente, no tenemos historia, sólo tenemos a la vida que es grande y complicada, y de la cual los días más largos apenas nos han servido para aprender a vivirla.

La Princesa Escorpión.

domingo, julio 31, 2005

el parque de ayer.

Hoy es el último día de la semana de vacaciones en la U. Mañana empiezan los exámenes y como si fuera poco es también el inicio del primero de quince de pasantía en una radio muy cholifláis que no vale la pena mencionar en este prestigioso medio de comunicación.

Los profesores-científicos de la U han determinado que no hay mejor cosa para fregarles la vida a los estudiantes que mandándoles deberes pendejos en época de exámenes. Así que desde aquí, en este Sunday Morning ((el de Maroom Five, no, porque es muy cholo, sino el de No Doubt)) estaré faenando ((con vaquitas incluidas)) hasta que alguien me moleste que estás gastando mucha luz. Sí y qué, no seas pendejo que la luz la pago yo. Ese gusto puedo darme porque ya me chanté las planillas del agua, luz y fono para fin de mes. Así que tenemos Internet gracias al gentil auspicio de mi sueldo en la farmacéutica. Claro, si antes no me botan a patadas cuando me vean salir al medio día de la mentada radio, o peor, si se enteran que estoy faltando a la verdad de las mentiras que dije para que me contraten. Está seguro que sus estudios no interferirán con su trabajo. Seguro. Lo jura. Por mi madre. No tendrá distracciones cuando labore. Ni aunque Dios venga a buscarme. Palabra de hombre. Que me muera yo si no es cierto.

Sí, así son las entrevistas de trabajo en el tercer mundo, pero no importa porque estoy muy contento por las tantas cosas buenas me han ocurrido. Ya me doy cuenta que entre la alegría y la amargura no hay otra diferencia que el estado de ánimo. Yo, a Dios gracias, me encuentro muy bien y espero seguir así a pesar de lo mal que puedan quedarme mis Ángeles guardianes. Para que vean, hasta devoto me he vuelto.

jueves, julio 28, 2005

caballo bayo.

Salgo de mi casa con tan poca frecuencia que limpiar el patio es casi una excursión. Y claro, hay algunos bloggers con tal conducta antisocial que se entretienen lanzando piedras a las casas de los vecinos. El día que me descubran lo sabrán porque ya no escribiré y luego ustedes recibirán una notificación en sus respectivos lugares de estar diciendo que han sido llamados al Tribunal Internacional por alentar mi comportamiento, así que les advierto vayan reuniendo para el abogado.

Con todo, anoche fuimos con unos amigos al Mac Donals de la Víctor Emilio Estrada, al norte de la ciudad. Yo bien creído estaba que el Mac Flurry era un sánduche y resulta que ha sido un helado. A la chica de la que últimamente he hablado la miré con no sé qué cara de hambre atrasada, le di lástima. Quieres un poquito, me preguntó. Y cuando le devolví el envase con los bordes mordidos me dijo, qué pena, si hubiera sabido antes que te gustaba tanto te hubiera dejado un poquito más.

Cuando estaban despachando el pedido me acordé que Héctor, del blog Déjalo Ser, estuvo un tiempo trabajando en un Mac, pero no sé a ciencia cierta cuál, de modo que al ver a la única chica simpática y alegre que estaba atendiendo y cuyo nombre no recuerdo o no logré ver me animé hacer una pregunta impertinente. Disculpe niña, conoce usted a Hector. Hector qué. Galarza. Y me miró como si estuviera viendo a Drácula. Me dijo con una expresión difícil. No, por qué, era su amigo. Sí, es un amigo. Ah. Hm.

Bueno, discúlpame por ser tan sapo, ya ves que se contagia.

lunes, julio 25, 2005

la fiesta del blogger.

Esta mañana me levanté temprano, tomé dos tazas de café, una con leche y otra con agua, pues no hay plata para tantos lujos. Lavé los platos sucios de la navidad pasada. Alimenté al cocodrilo que vive bajo mi cama con uno de mis recuerdos, para que vean, soy muy compasivo con los animales. Cuando me alistaba para salir a trabajar, qué creían, que me mantienen, me di cuenta que hoy es veinticinco de julio, día de fiesta nacional en el calendario cívico de Ricardo weblog y por lo tanto hoy no trabajo.

Sin embargo hay obligaciones impostergables que debo cumplir y estoy esperando a que el sol escampe un poco. Apropósito de sol, el sábado pasado, mientras buscaba el ángulo adecuado para mi insolación diaria se me vino a la cabeza una idea providencial, supe cómo hacer plata sin esfuerzo. Lo malo es que la creatividad se me quedó en alguno de los aparadores donde se exhibían, entre banderas celestes y blancas de julio, una cámara de 5 megas y al llegar a la casa descubrí que mi plan había desaparecido.

Por lo pronto no pierdo las esperanzas de que para el fin de año pueda comprar un carro con la fama espontánea del dinero en efectivo que me proporcione el blog, y quién sabe, puede ser que hasta invite a pasear a Cinthya que al fin y al cabo ustedes quieren más que a mí, no se hagan.

miércoles, julio 20, 2005

tirarse desde un puente.

Se supone que ésta tarde cruzaría toda la ciudad hasta llegar a los Sauces donde vive Anita, tomarnos un café en Plaza Mayor y entrar a la segunda hora para explicarme por qué había faltado a clases todos estos días. Pero apenas se cumplió la mitad del plan.

Cuando nos dirigíamos a la cafetería ella me dijo, primero vamos a visitar a una amiga tuya. A quién. A tu prima. Estaba en casa, casualmente hoy tenía libre, la encontramos con guantes de plástico tinturándole el cabello a la mamá. Yo no sabía dónde ponerme para no estorbar. Apenas nos quedamos unos minutos y para apurarnos pusimos el pretexto de que se nos hacía tarde para llegar a la U, la mamá dijo desde la silla del comedor, uy, vista de médico, y le respondí riendo, sí señora, es que soy visitador médico.

La muchacha muy alegre dijo que no nos iba a dejar salir, y que sólo había escape por el balcón y para eso había que saltar las barras de la ventana. Anita dijo que pasaría a través porque ha estado haciendo dieta. Me causa gracia porque minutos antes yo le cuestioné porque a mí no me agradaría que una amiga, por muy amiga que sea, trajera a casa a un extraño, te regresara por donde viniste, pero me dijo que no, estás equivocado, ella se pone tan alegre cuando la ve que la confunde con Papá Noel.

Nos pasamos de largo en el camino de la U y Anita llamó a su enamorado, le dijo que íbamos a buscarlo en la Nueve de Octubre. Ya me imaginaba cuál era la idea de que yo también fuera, ponerme de parte de uno de los dos en alguna discusión inconclusa.

Desconozco por qué tengan tantas discusiones, lo único que me quedó claro fue la respuesta a una pregunta que le hice a Carlos Luis, el enamorado de Anita, se piensan casar, y él contestó, sí.

jueves, julio 14, 2005

Las chicas sedal

Andrea me preguntó ayer, oye amigo, te gusta que te pidan chicles, y a mi se me formó un signo de interrogación de dibujos animados sobre la cabeza y dije que nop, por qué. y ella me sonríe triunfante, porque lo leí en cierta página donde había un gatito. y claro, fue como si me hubieran sorprendido haciendo algo malo, como si hubieras descubierto mi colección de pornografía, caracho, o la cajita de zapatos donde guardo mis muñecos budú. En ese momento traté de recordar todas las cosas que he dicho de Andrea, veinticuatro meses de historia del blog pasaron por mi delante en el instante en que me sonreía.

Andrea sabe bien que la considero mucho y que es mi amiga y la única que me cae bien del curso y que al resto detesto ((no no, es mentirita)) y que tiene el derecho total o parcial de imprimir estas páginas y pegarlas en los corredores a manera de panfletos. Cualquier falta que haya cometido puedo disculparla alegando locura.

Para ser sinceros, me he dado cuenta que hay mucha diferencia entre mi discurso y las cosas que hago, de modo que de aquí en adelante trataré de parecerme más a las cosas que digo o hacer lo que escribo.

Pasando a otra Andrea, hace unas semanas en que fui a visitar a Anita pasó por la acera una chica muy bonita y yo le interrumpo lo que estaba diciendo para decirle, oye, mira mira, le digo señalando con el dedo, esa chica es muy bonita y Anita la mira y comienza a llamarla. Yo le pego con el cojín de un mueble para que pare, pero mas bien ella me dice deja loco, ella es mi amiga. La invitó a pasar y estuvimos habla que habla hasta las diez de la noche en que la mamá llegó.

Ayer, cuando llegué a mi casa de la U, Anita me llama y me pregunta que si quieres salir con Andrea y yo le pregunto, nuestra Andrea, y ella dice que no tonto, la que te presenté el otro día y yo le dije que sí, esta bien, para cuándo y ella me dice que para la semana próxima, no tengo plata, no importa, dijo, de todos modos aun no le he preguntado si quiere salir contigo pero le he hablado de ti y la he visto entusiasmada, y como así, es que ella terminó con el enamorado y anda así como tú con ganas de tirarse de un puente.

domingo, julio 10, 2005

no quiero ser nominado.

Hoy le puse los cachos al Ciber evangélico porque estaba muy lleno y me vine a éste que está en la esquina contraria y que recien lo abrieron la semana pasada. Ojalá éste acto no conste en mi hora del juicio final.

Será por media hora pues a las nueve empieza el Gran Hermano por el Cuatro que según mis compañeros es un canal muy cholo. El primero lo transmitieron hace dos años y entonces yo no sabía si la vida me alcanzaría hasta el día siguiente para saber si por fin se arreglaba tanto agravio entre el Lobo y Vladimir o si por fin saldría desnuda Katherine. Como que en ese tiempo había más emoción. En cambio ahora veo que esos muchachos están flojos. Hay que enseñarles a pelear.

Acabo de llegar de la calle buscando una medicina que más para curar parece una cosa de comer. En la Fibeca había un guardián vestido como para una excursión custodiando un fono, y del otro lado de la calle nadie más que las gentes ateridas de frío esperando el bus bajo el único charco de luz. En la 145 venía escuchando la gota fría, el único ballenato que me cae bien.

miércoles, julio 06, 2005

Lucio construye.

Si hace un mes alguien me hubiera propuesto jugar a la botella me habría muerto de la indignación, pero durante la semana pasada mis defensas anduvieron bajas y me dejé tentar. Lo bueno es que esa ya es una fiebre curada.

El primer día caí inocentemente, Anita estaba jugando con sus amigas durante la hora de clases en que faltó un profesor. Cuando me vio entrar retrasado como siempre gritó, un macho, mátenlo. Pero en realidad me sentaron y jugué a preguntas y respuestas con pocas ganas.

La última vez no me tuvieron que obligar, todo el grupo se vino a buscarme de modo que nos organizamos tan bien y en tan poco tiempo que más que algo espontáneo parecía una emboscada. Estaban justamente quienes no debía estar, una chica llamada Liliana de quien tenía noticias ciertas que le gustaba, la prima de ustedes y por la que tanto han preguntado Cinthya, su otra prima Tamara y Anita que era la más asustada y la más entusiasta.

Al principio tocaron retos simples, Cinthya, tienes que abrazar a Ricardo como si fueran amigos. Luego fueron subiendo los tonos hasta que alguien dijo, Liliana dale un beso a Ricardo y la muchacha se levantó y me besó en los labios en medio del estruendo unánime del alboroto del salón de clases entero en el grito de aja, eres un bandido, esa no te la conocía. La chica se fue apenada y olvidé el suceso hasta más tarde en que ella me mandó a llamar. Así mismo fue el turno de a ver Tamara dale un beso a Ricardo, y Tamara reclamó que sólo a Ricardo, pero se levantó, y buscó afuera del curso, y debajo de las bancas, y detrás de las ventanas, y en cada uno de nuestros recuerdos la imagen de su enamorado, y cuando por fin se convenció de que está todo despejado me lo dio. Con ella sí sentí una chispita. Luego fue mi turno y alguno dijo dale un beso a cualquiera de las chicas que están aquí. Me moría por besarla a Tamara y a la vez sentía temor de comenzar a extrañar esa descarga eléctrica, pero Anita me toreó cuando me quedé pensando por demasiado tiempo, tómate desaguevin forte, dijo. Y yo ah, con que esas tenemos a tí es que te voy a besar y ella muerta del susto, porque no puede ser, tú y yo somos como hermanos y es cierto porque con Anita he desarrollado una muy fuerte amistad y sabía que si la besaba no sentiría nada de lo que sentí con Tamara o que podría sentir con su prima, la de ustedes, Cinthya, así que tuve que pedir que me la agarren bien, no la suelten no la suelten, no vayas a moverte y se lo di, y no me equivoqué, sólo sentí la satisfacción de una curiosidad.

A la salida de clases, la primera muchacha Liliana, apareció y me enteré de lo que ya sabía, que le gustaba. Trataba de tener mucho tacto, pero le dije la verdad, que no sentí nada con el beso. Se le notó la desilusión en la cara y creo que hasta me odió por un momento. Aparte de eso tuve una discusión con Anita, porque te comportas como una niña de quince años Ricardo, tú dices que no tienes nada y ella tampoco tiene a nadie y yo le dije que no que las cosas no son así y ella me dijo que sí son así.

El domingo que fuimos para Durán con un grupo de compañeras. Anita habló con Liliana por el celular, lo puso con el altavoz para que también yo escuchara. Se la notaba un poco triste, para animarla Anita le dijo mirándome, ya no le pares bola, lo que pasa es que tiene una enfermedad muy parecida a la que nos da cada mes.

Con eso se me quitaron las ganas de andar jugando a cosas que no debía. Ah sí, discúlpenme por no poder visitarles más seguido, trataré de ponerme al día. Esta advertencia va para las personas que también ven lo que no deben y las tengo contadas. A veces he pensado que debería de cerrar el blog y cambiarlo a otro sitio, pero sin perder la dirección, así como una especie de filtro anti sapos, si algún informático sabe cómo hacerlo estaré muy agradecido.