las cosas que sólo a mi me ocurren por bocón
resulta que esta tarde me encontré a una amiga en el lugar x ((luego les cuento qué lugar es)). cabe señalar que esta amiga es en quien me inspiré para hacer la primera parte de mi libro, mi libro donde hablo de lorena, de iberia, de verónica y de todo lo que me ha pasado. a veces con un claro lenguaje exagerando ((la mayoría del tiempo)) y a veces, diciendo la verdad.
con lo que no contaba, es que mi amiga estaba al día en la novela que yo había escrito. de hecho, ese fue su saludo al verme, ricardo, has escrito un libro donde hablas de mi y de mi esposo ((en la novela novio)) y yo por dentro bloqueado de la impresión con las preguntas periodísticas, ah, qué cómo cuando dónde por qué??
pues sí señores, el secreto ya se hizo público por lo menos para una incriminada, a la que menos me la esperaba, es que cabe señalar que la coincidencia ((no dios)) ha hecho que me encuentre a mi amiga en el lugar x.
no crea el desprevenido lector lo mismo que yo, cuando pensé, chuta, esta enterada del blog, de hecho, ella sabe del libro por información especificada en el libro mismo. el libro que tan sólo he hecho llegar a contadas y selectas personas que han tenido la gloriosa fortuna de tal regalo, los jueces del alfaguara, la hermana de una amiga que tuve hace muchísimo tiempo y a quien estimo muchísimo ((a las dos)), la señorita mónica y el profesor de relaciones públicas. curiosamente, el delator, fue quien menos me lo esperaba, el profesor de relaciones públicas. que por estas cosas que tiene la vida ((probablemente porque fue su profesor)) le contó todo a mi amiga, todo lo malo, todo todito todo lo referente al primer capítulo, todo yo.
probablemente a estas alturas mi única lectora apasionada que tengo, es la que menos quería. pero así son las cosas en el mundo ricardo weblog donde no rigen otras leyes que las del caos y la comedia y la ironía y el un dos de los pasitos de baile de la canción de lorena cuando se pone imposible.
sorprende que mi profesor de relaciones públicas ((a quien yo tuve la confianza de darle el libro, pues creía que los de iberia tratarían de impedírmelo por medio de su departamento de relaciones públicas)), haya sido quien haya efectuado una magnifica comunicación de mi libro.
ahora, lo que espero es que por lo menos la mitad de esa competencia e interés la tengan los relacionistas públicos de iberia, y así mismo, por lo menos una cuarta parte de esa curiosidad para que me concedan el premio los jueces del alfaguara.
pero el título de este post, en realidad cabe no porque mi profesor sea bocón, sino porque yo lo soy, porque al ver la reacción un poco disimulada del coraje de mi amiga quise tranquilizarla cometiendo una cagada peor, el equivalente a querer apagar una fogata con un chorro a presión de un tanquero de combustible. le dije, no creas nada de lo que te contaron, es mejor que te de el libro entero y que tu misma lo leas.
bastó ver su reacción para darme cuenta de la muy mala decisión que tomé. y es que yo no tengo que disculparme, yo no debo pedir permiso por escribir acerca de lo que hay en mi imaginación. excusarme de qué? de nada! de páginas perpetradas con letras? no lo creo.
en fin, he resuelto, si me voy a preocupar, que sean por preocupaciones reales, si el libro gana, si tengo algún merito por haberlo escrito, ahí si, una copia para cada una de las implicadas, sino, no. no hay motivos para que nadie que yo realmente quiera, lea el libro. y si alguien lo ha de leer en su totalidad, será lorena antes que nadie. y será el día que le proponga matrimonio con la luna de miel que pagaré con el dinero del alfaguara, sino, no. nadie mas leerá el libro.
me sorprende que mi amiga no este al día de lorena, las pastillas de éxtasis, de verónica y de iberia. es como si sólo hubiera escrito 60 páginas y no cuatrocientas y pico.
sólo puedo pensar que si 60 páginas me provocaron un sacudón y una “mala tarde”, las 400 restantes lo menos que podrían provocarme un fuerte dolor de cabeza producido por una ráfaga de metralleta.