jueves, junio 16, 2011

del por qué detesto a hugo gavilánez borrero

el pasado sábado escuché que hugo Gavilánez había muerto. Que le habían disparado 14, 16, 18. Veinte veces. Cada vez que alguien me lo contaba, subía el número de balazos. Lo primero que se me ocurrió fue, se suicidó. Pues, como es conocido, la semana anterior, correa, a través de su brazo armado mediático, Fernando Alvarado, hizo una cadena acerca del “periodismo basura” de el cholito, duplein y Gavilánez, donde también se embolsaba ((al final ese era el propósito)) a periodistas de verdad como el guapo vera, jorge Ortiz y maría Josefa coronel. Reacción torpe y ridícula, pues Ortiz y vera ya ni siquiera están en los medios de señal abierta.

Yo pensé, Gavilánez se suicidó porque no soportó que su amado presidente, del cual él siempre se jacta de correctura, justicia y diligencia, lo tiene en el bando de los odiados. Pues como buen cobarde, se quebró ante un oponente de verdad que no es el simple ciudadano de a pie a quien él puede caerle a martillazos por televisión. Correa es correa y es el presidente y tienes que ser un guapo vera o luordes tibán ((quien últimamente ha madurado muchísimo)) para poder frentearlo sin desmoralizarte.

Ese mismo sábado llamé a una compañera periodista que me contó el chisme completo, supuestamente en la alborada lo habían matado con 14 disparos en la cabeza unos sicarios que habían huido en una motocicleta. Nada más falso, pues ella misma le había llamado y gavilanes le explicó que eran rumores de personas mal intencionadas.

En lo personal, Gavilánez me parece una persona que merece mi más profundo desprecio. De repente se convierte en juez y parte y juzga a las personas de acuerdo a su criterio. Lastimosamente, su público adicto son personas tontas, en especial en los estratos bajos. o interesados en alguna instancia de poder que gavilánez representa. se sabe por su propio testimonio metió en prisión en tiempo récord a un hombre que le difamó afirmando que había tenido relaciones sexuales con el presentador de televisión. coartada interesante que podría explicar la abierta homofobia que gavilánez destila en sus programas. Lastimosamente, insisto, muchas personas se desviven por estos personajes embelesados en su propia vanidad que se convierten en justicieros sociales y se van ganando aplausos por el supuesto valor de enfrentar a la maldad debido a la iluminación de poseer siempre la razón. La maldad siempre estará representada en los otros, como el doctorcito pillo de apellido tómala que salió muy mal parado en un “debate confrontativo” con hugo Gavilánez, carla sala, caterva y pito feroz quien como buen colega de Gavilánez, prepotente y envanecido, quiso pegarle al doctor quien era un cholito patucho. A que si era un cholo bien papiado a ver si pito feroz no se metía debajo de una mesa.

el espectáculo de la información

Después de todo el doctorcito tenía algo interesante entre manos, la denuncia contra Gavilánez y la ya sonada costumbre de extorsionar a los propietarios de negocios a cambio del pago de algún estímulo silenciador para acallar la andanada de insultos que profiere en televisión. El propietario de air plain podría hablar al respecto y eso era lo que tenía que decir el doctorcito, pero lastimosamente murió carbonizado debido al incendio de su tremendo rabo de paja, la mala práctica medica. además, perdió el control frente a carla sala que también salió mal parada por defender innecesariamente a Gavilánez.

Cosa interesante, Gavilánez frente a la cámara de televisión del estudio de rts, como que crece alimentado por el sonido de su propia voz. yo diría que allí y no en la cama con su mujer, ni con el viagra, se le para el pipilín.

Pero esa mañana, frente al doctorcito, estaba modosito y ecuánime. Nada descontrolado, incluso sonriente. Así mismo fue con el pillo que mató al hijastro de un puntapié. Gavilánez lo mataba cada noche en la televisión, pero en la entrevista que le hizo se mostró comprensivo, indulgente. incluso, empático con el criminal.

Si el ensañamiento de correa hubiera sido directamente contra Gavilánez, no habría perdido el tiempo mandando a elaborar una cadena, habría bastado un timbrazo al propietario de rts y un par de buenas mentadas a la madre, a sus ancestros y por si acaso, al perro, para que asustado descoloque a Gavilánez del horario estelar. Pero no ocurrió. Entre los corruptos hay una reacción simbiótica, un código de ética maligno de tú me rascas si yo te rasco. La actitud de Gavilánez, el programa del cholito y la farándula de dupleint sirven para justificar el ataque de correa contra la prensa decente y esmerada.