la marcha
la nueve de octubre está llena de gente y ruido. banderas de guayaquil y equipos de televisión se mueven en todos los lados. abrazo a lorena para que no se me pierda entre la multitud y cruzamos la calle hacia la entrada del edificio iberia.
en el camino encontramos a una persona sosteniendo un cartel que tiene dibujada la cara de nebot riéndose y una frase que da cuenta de cuando era diputado, cuando le increpó a un contrincante político en medio de un debate en el congreso, ven para mearte insecto hijueputa, a ti no tengo que pegarte, sino que mearte, mamarracho maricón. en el cartel nebot se ve igualito al papá de lorena y dice, ven correa para marcharte. lorena y yo leemos y nos reímos.
nos abrimos paso entre la multitud, la mayoría de las personas son de la clase media. caminamos dificultosamente hasta llegar al portón del edificio, está cerrado. lorena llama al portero que permanece sentado en la sombra con un televisor pequeñito a pilas viendo lo que afuera sucede, la marcha por las rentas de guayaquil que convocó el alcalde. tocamos fuerte, hacemos bulla. el hombre se espabila y se acerca corriendo, haciendo sonar un mazo de llaves en la mano. lo veo, gordo, sudoroso con camisa a rayas.
guardia: buenas, buenas niña lorena.
lorena: hola, verduga, ábreme por fa.
guardia: uy, con gusto se la abro —habla el guardia en doble sentido y mirándola descaradamente—, se la abro cuando quiera, niña.
se enreda con las llaves y se traba con la chapa. me apuro en meter la mano entre las rejas de la puerta y corro el picaporte. le abro la puerta a lorena.
ricardo weblog: yo soy el único que se la abre —le digo mirándolo muy molesto.
entramos al estrecho ascensor, pareciera que apenas caben dos personas. presionamos un botón y empezamos a subir. lorena mira temerosa hacia la entrada y con razón, no hay hojas de protección que aíslen a los pasajeros de morir desmembrados. vemos a través el boquete de la puerta el avanzar entre los pisos del ascensor. nos detenemos en el cuarto piso y entramos a una oficina. nos recibe una señora, hola, casi se les hace tarde. y ella, sí, pues todo está hecho un caos, mil disculpas.
nos invitan a pasar al balcón donde encontramos a varias personas que al igual que nosotros, quieren ver la alocución de nebot desde un lugar privilegiado, apartado de la multitud. la saludan afectuosamente. a ella la conoce todo el mundo, especialmente en el edificio donde queda la agencia de iberia. entre las demás personas encontramos al licenciado cacagrande y a joice. él usa una camiseta celeste que dice, soy guayaquileño de corazón arrecho. le queda muy apretada, la barriga cervecera le sobresale como panza de embarazada.
ricardo weblog: y cómo así por acá? —le pregunto.
lic. cacagrande: yo tengo más influencias que el alcalde. lo primero que hice cuando nebot anunció la marcha fue buscarme un puesto lejos del populacho. joicita también se me subió a la camioneta, pues.
observo atrás a joice, me saluda contenta con la mano. les presento a lorena. el licenciado le hace una reverencia hasta casi tocar el suelo con la barriga, la toma de la mano y la besa. lorena, imperceptiblemente, hace con los labios un gesto de pánico.
lic. cacagrande: muy buenas, niña noboa.
lorena le sonríe cortésmente, conservando la distancia, y parpadea un par de veces como una muñeca preciosa. el licenciado suelta una carcajada de borracho que se sobrepone al ruido de la calle.
lic. cacagrande: pero qué linda chiquilla —dice palmoteándose la barriga—, tan modosita hasta para saludar.
lorena y joice se miran, el desagrado mutuo e instantáneo.
joice: hola! eres la enamorada de ricardo! él habla de ti todo el día.
lorena: así? y tú quién eres?
joice: soy joice, seguro y te habrá contado de mi, porque ricardo creo que hasta sueña conmigo —y me mira—. no es cierto?
lorena: qué raro —dice lorena repentinamente enojada, seguramente se le vino a la mente aquella pelea que tuvimos en la cama hace meses—, ricardo nunca me habla de sus amigas!
lorena y joice se sonríen con fastidio. la expresión de lorena, su sonrisita fácil se ha congelado. seguramente está diciéndose, qué se habrá creído esta chola igualada para mirarme así. luego observo la expresión de joice, sin duda piensa algo similar.
joice: tú eres verónica, no?
lorena: no, soy lorena.
joice: ah, sí. cierto. verónica es mas rubiecita. tú eres la otra. tú eras su amiga y ahora andas con su novio. pero cómo son las cosas, ahora los papeles se han invertido! seguro ya no se hablan. es que no vale romper una amistad por un hombre!
lorena aprieta los puños y me mira levemente enojada. sus ojos me dicen, qué le has contado a esta desgraciada? se voltea hacia joice y disimula una sonrisita.
lorena: seguimos siendo muy buenas amigas y los tres nos llevamos de maravilla. el domingo la pasamos increíble. quedé fascinada! cuéntale, ricardo, porque algo me dice tu amiga se ha hecho una mala idea de mi. dios no quiera y piensa que soy una serruchapisos. por qué será?
ricardo weblog: no, no creo que joice piense algo así —digo sonriéndole.
lorena: nada que ver, querida —le habla a joice—, los tres, ricardo, vero y yo la pasamos fenomenal. el domingo no salimos de la cama en todo el día!
joice queda horrorizada y lorena sonríe para sí misma. el licenciado, mientras tanto, me palmotea la espalda, orgulloso de mi.
pongo la mano en el hombro de lorena y le doy un beso en la mejilla, ella se queda algo tensa. nos volteamos hacia la calle. vemos a nebot siendo cargado por la multitud. lo acercan a la plataforma situada en el malecón, a escasos metros de donde estamos asomados. nebot se acerca a un podio y hace una pausa. empieza hablar. aprovecho para, discretamente, escribirle un mensaje a joice, por favor, no hagas quedar mal a lore, ella no te ha hecho nada. te recuerdo que es mi novia desde hace más de un año, tú lo sabes bien, no te hagas la sorprendida.
presiono enviar y lorena se me acerca al oído.
lorena: mas te vale que esa chola estúpida no tenga nada contigo, sino esto se acaba ahorita mismo.
ricardo weblog: no, lore, nada que ver. cómo se te ocurre pensar algo así —le susurro.
nebot sigue hablando a gritos.
“este presidente trastornado viene aquí a decir que guayaquil es una ciudad inequitativa. no carajo, no queremos ser caracas, si le gusta caracas que se vaya a caracas o que se quede en cuba”
la multitud empieza a rugir, que se quede en cuba, que se quede en cuba.
lorena: eso, nebotcito. dale duro a los comunistas! —grita lorena eufórica, agitando una banderita de guayaquil.
la abrazo por la espalda. y pienso, qué bueno que lorena no me salió comunista.
ricardo weblog: si no hay futbol, por lo menos nos entretenemos con la política. mira, mira —digo señalando con el dedo hacia uno de los pilares de la planta baja del edificio de enfrente—, es cinthya viteri!
lorena: ah, sí, pues. hola mami postiza!
a nuestro lado el licenciado da vivas y joice hace lo mismo desde el otro extremo del balcón a donde se fue luego de leer el mensaje. nebot sigue hablando, ya se acerca el final, van como cuarenta minutos.
ricardo weblog: yo pensé que iba a plantear la revocatoria del mandato de correa —le hablo al licenciado—, la autonomía y la recolección de firmas.
lic. cacagrande: es jodido hacerlo, —dice mirando hacia la multitud donde se mueve un burrito sonriente de cartón, pintado de verde y con los garabatos de la camisa de correa—, sí ves a la gente que ha venido a apoyarlo. son gente blanca o cholos de plata con la cara lavada, como yo, carajo —y suelta una de esas risotadas que espantan a las palomas—. pero los que botan por correa son los brutos, los idiotas y los resentidos. esos son mayoría aquí y en la china. y como dijo león ese día cuando nebot pasó a la segunda vuelta con el loco, por bucaram sólo botan las prostitutas y los marihuaneros. cuanta verdad. esos son los mismos que botan hoy por correa. pero ahora ellos son la mayoría de habitantes, esos son los que tienen jodido al país, los cholos. los cholos no razonan. les basta con que les den un toldo, una funda de arroz, el bono, les permitan vender tripita asada en la nueve de octubre, una borrachera de vez en cuando y listo, botan a lo ciego. todo cambiará cuando el voto sea voluntario, hasta eso hay que aguantar la burrada de la gente.
ricardo weblog: pero al menos creo que con la marcha, cayó la popularidad de correa.
lic. cacagrande: cayó, sí. pero sólo en guayaquil. porque en el resto del país le ha aumentado. los cholos ven a correa peleando contra nebot y le dan la razón a correa. creen que lo que les tiene en la mierda es guayaquil y su gente. eso dalo por seguro.
cuando la charla se termina, el licenciado nos abraza, extrañamente se encuentra de buen humor. nos invita a comer y acepto sin pensarlo. lorena guarda silencio, no esta de acuerdo.
bajamos por las escaleras y salimos del edificio. le echamos una mirada a la agencia de iberia, las puertas corridas, excepto la de la entrada, corrida hasta la mitad, con el guardia parado afuera.
caminamos con cierta dificultad en la calle llena de gente y basura. joice va adelante con el licenciado y lorena y yo un poco rezagados atrás, tomados de la mano.
lorena: por qué aceptaste venir?
ricardo weblog: es mi jefe, no puedo decirle que no. además, quiero pedirle un adelanto para irnos a pasar el feriado en bahía.
lorena: en bahía no va a pasar nadie, creo que mis viejos se van a jugar carnaval a otro lado.
ricardo weblog: mejor, porque no quiero pasar con tus padres, sino contigo. solitos en el depa del malecón de bahía.
lorena: eres un mañoso —dice dándome un beso en la mejilla—, pero esa joice me tiene odio, es una chola acomplejada. si no tienes nada con ella, entonces, por qué está celosa? no viste, casi me mechonea.
ricardo weblog: no sé qué le pasa, yo creo que esta acostumbrada a verme solo, son celos de amigos. no le hagas caso, ya se le pasará.
poco a poco nos alejamos de la multitud, unas cuadras después entramos al bopan del malecón. el licenciado pide una mesa. lo guían. nos tropezamos siguiéndolo, el sitio esta escasamente iluminado y en las paredes hay unas pinturas muy feas, pareciera que fueron pintadas de mala gana. en las mesas vemos a varias personas que han venido a refugiarse luego de la marcha, todavía tienen banderines y gorras celeste y blanco.
tomamos asiento y nos traen las cartillas.
lic. cacagrande: bueno, pidan lo que quiera —dice desabotonándose el pantalón, haciéndole más espacio a su barriga—. yo invito!
joice mastica su chicle algo nerviosa y pide un jugo y un sánduche. el licenciado dos jugos y dos crepés, oígame, joven, la leona, la leona, grrrr. y el mozo toma nota, listo, una leona para servirse y a usted, qué? y yo, qué de qué? qué se le antoja, señor? una pasta. pero sólo hay de dientes! y el licenciado celebra la ocurrencia del hombre. ordeno un sánduche y lorena pide sólo jugo porque siempre entra en estricta dieta en los días previos a los feriados, cuando se desmanda comiendo. ella me cuenta que a eso le llama, curarse en sano.
ricardo weblog: a qué debemos su generosidad, don licenciado? —pregunto.
lic. cacagrande: me han ascendido?
ricardo weblog: en serio? a dónde?
joice y lorena permanecen distraídas, evitando mirarse.
lic. cacagrande: antes tenía hipertensión —dice con un vozarrón que obliga a todos en el café a detenerse asustados—, ahora tengo diabetes!
suelta un sonoro manotazo en la pierna y se suelta a reír vulgarmente. lorena y joice lo miran con desagrado. él se despeja la garganta y escupe en una servilleta y la suelta debajo de la mesa. lorena empieza a darme pataditas en la pierna, quiere marcharse cuanto antes. le sonrío como diciéndole, no te preocupes, le voy a sacar plata, está de buen humor. y ella cierra los ojos y suspira, resignada.
lic. cacagrande: me voy a divorciar y esto hay que celebrarlo —suelta muy serio.
joice, debido a que conoce a su esposa, queda muy afectada. y lorena, aburrida.
ricardo weblog: de su mujer? —pregunto.
lic. cacagrande: no, de mi marido! pues claro que de mi mujer, ya quisiera divorciarme de la próstata. —dice secándose la cara grasosa con un pañuelo—. ya se acabó la cojudez y con el perdón de las damas aquí presentes y discúlpame ricardo que te diga así de frente, pero qué linda chiquilla es tu novia, un poema para los ojos —la toma de la mano y la besuquea. al soltarla, lorena, se limpia la mano por debajo de la mesa en mi pantalón—, pero como decía, con el perdón de las aquí presentes, la vieja ya me tenía hinchadas las pelotas, hinchadas. ni king kong, carajo. ya son como treinticinco, treintiocho años de casados. ya pues, hasta cuando soportar que tráeme esto, cómprame esto, llévame esto, no hay esto —se rasca entre las piernas—. todo el día, pide que pide plata como mendigo, desplumando las tarjetas de crédito, endeudándome hasta las orejas. por qué no le pide plata a correa que es comunista y le regala plata a los cholos o a dios que es tan bueno, carajo!
joice cierra los ojos, contrariada. es cristiana y no soporta que hablen mal de dios. el licenciado continúa vociferando.
lic. cacagrande: y a cambio de qué tanta pendejada, de nada —se voltea a las mesas de los lados exaltado— de nada señores, de nada. yo no pienso seguir gastando plata por las puras alverjas en comer todas las noches lo mismo, durante casi cuarenta años. ya cansa. es eso justo, señores?
varios hombres ya viejos que no se han perdido las palabras del licenciado, levantan sus vasos en señal de aprobación. lorena bebe su jugo y mira con anhelo hacia la puerta.
lic. cacagrande: y usted, qué opina señorita noboa? —pregunta suavemente, casi con cariño.
lorena: estoy de acuerdo. si ya no quiere seguir casado, sepárese. no tiene sentido estar con alguien a quien ya no se quiere. salga nomás por la puerta ahorita mismo. cuanto antes, mejor!
lic. cacagrande: qué buena muchacha te has conseguido, ricardo. yo ya quisiera estar ennoviado con usted, señorita.
joice: los efectos dañinos pueden ser irreversibles en los hijos, la sociedad, y más que nadie, en su esposa —dice joice mirándolo indignada—. lo ha pensado?
lic. cacagrande: mis hijos ya están más viejos que yo. y yo no pienso envejecer más con una vieja loca. ya estoy harto. se acabó la payasada de andar fingiendo lo que no soy ante los demás —dice emocionado, golpeando la mesa entusiasmado—. se acabó, óiganmen bien.
ricardo weblog: y ahora qué va hacer? —le pregunto y tengo la certeza de que pedirle un adelanto en estas condiciones será una idiotez.
lic. cacagrande: voy a quedarme con la mitad de mis posesiones y se acabó. a empezar de nuevo, trabajando largo y parejo, de sol a sol, gozando de mi plata sin que me la quiten por las puras huevas los buitres de mi mujer y mis hijos.
joice: no hable de divorcios que aquí hay una parejita que se quiere casar —dice joice señalándonos—. porque mírelos cómo se ven, todo es de color rosa y seguro como usted a su edad, no quieren ver las espinas entre las rosas.
lorena me aprieta la mano, me mira disgustada como diciéndole, haz algo. el licenciado empieza hablar antes que yo lo haga.
lic. cacagrande: claro, cuando uno se casa no quiere ver los defectos del otro y si los ve, piensa, puta, seguro cuando me case le haré cambiar. eso es una mentirota, así, de éste tamaño —extiende los brazos cortándole el paso a un mesero—. una cosa les digo, no se casen, sigan así nomás, viviendo la vida loca. no tengan hijos, los hijos son la gran cagada y el matrimonio sólo dura hasta que dura y se acaba cuando se acaba. punto. cuando se cansen el uno del otro, agarran sus cosas, rompen palitos y como dijo don viruta, a la casa hijueputa!
se suelta a reír salvajemente, parece un oso rugiendo. en las mesas cercanas, susurran con desagrado.
ricardo weblog: no todos tienen que seguir el mismo camino —digo—, el pasado no nos condena, ni tiene que repetirse. lorenita y yo aplicamos el tener los ojos bien abiertos ahorita que somos enamorados y, si un día nos casamos, entonces, los mantendremos entrecerrados.
se ríen.
joice: dígame, su esposa ya lo sabe, que se van a divorciar? —pregunta joice.
lic. cacagrande: no, se lo voy a decir para el día de los enamorados, ese será mi regalo. le voy a decir de mañanita mismo, cuando esté haciendo sus ejercicios matinales de katerine fullop. mira vieja, éste es mi regalo, fírmame el divorcio.
lorena: si eligió mal, talvez fue porque se dejó llevar por el aspecto físico —dice lorena mostrando cierto interés por la charla—, y si la belleza se marchitó con el paso del tiempo, pues termine con su esposa. no siga escuchando consejos inútiles y ociosos.
es claro que lorena quiere terminar esta charla cuanto antes.
joice: las cosas no pueden terminarse así de fácil —habla joice mirándola con superioridad—. tienen que ir a un terapeuta, hacer sesiones, poner de su parte. un matrimonio no se puede terminar así tan fácil en una discusión de café.
el licenciado las mira con interés y yo con preocupación.
lorena: bueno, pues, que lo haga —dice sosteniéndole la mirada—, pero si no logró entenderla y acoplarse a ella luego de cuarenta, cincuenta años de matrimonio. menos lo va a lograr en una hora diaria de terapia.
joice: no todo es tan fácil como quitarle el novio a la amiga —dice en tono irónico—, sabías? por suerte no todos piensan así como tú.
lorena entrecierra los ojos y abre la boca. conozco esa reacción, está profundamente ofendida. a joice se le pasó la mano. no tenía por qué comentar algo así.
ricardo weblog: oye, joice —le digo de mala manera—, no sé qué sucede contigo…
pero en ese instante, con el pretexto de llamar al mesero que pasa por en frente, lorena se levanta bruscamente, empujando metódicamente su vaso con el codo, volteándolo. el líquido helado corre rápidamente sobre la mesa, mojando de color zanahoria los individuales y el mantel, hasta caer como una catarata en las piernas de joice.
el licenciado se echa para atrás impresionado y saca su pañuelo, exclamando, visiman! y aprovecha para tocar las piernas de joice con el pretexto de secarla.
lorena: sorry amiga, qué boba soy, no me di cuenta —dice lorena con una cierta satisfacción—. hago tantas cosas tontas sin darme cuenta.
joice no atina a decir nada. la mira sentada, llena de rabia. le quita de un tirón el pañuelo al licenciado.
el mesero se acerca rápidamente con una toalla absorbente. joice se levanta molesta, murmurando para sí misma, y va a secarse al baño. yo pido que me traigan la cuenta, rapidito.
empiezo a sacar el dinero.
ricardo weblog: no se preocupe, yo pago.
lic. cacagrande: no, yo invito, yo pago —dice encantado, mirando a lorena.
ricardo weblog: no, yo pago porque ya nos vamos.
el mesero esta confundido no sabe el dinero de quien tomar. lorena me da un codazo y me hace un gesto, escucho dentro de mi cabeza, pídele al viejo la plata.
ricardo weblog: oiga, pensaba si podría darme un adelanto de la quincena.
lic. cacagrande: pero si ya cobraste la quincena!
ricardo weblog: hablo de la quincena de fin de mes.
lic. cacagrande: está jodido —dice riéndose—, porque yo no manejo la plata. aquí la del billete es joicita y luego de lo que ocurrió, dudo que quiera darte un centavo. está bien cabriada!
ricardo weblog: cierto —miro a lorena, llevándome la mano a la cabeza—. ahorita me acuerdo, joice es la de los cheques!
mesero: quién paga? —insiste el mesero que no se ha movido de nuestro lado.
el licenciado busca en sus bolsillos, saca veinte dólares.
lic. cacagrande: chuta, me quedé chiro. estoy corto de efectivo. préstame hasta el lunes!
ricardo weblog: el lunes no hay clases.
lic. cacagrande: bueno, cuando regresemos.
le entrego el dinero que falta y seguimos al mozo a caja. joice todavía no sale del baño, nos urge irnos cuanto antes. nos despedimos del licenciado y salimos ni bien nos entregan el vuelto.
ricardo weblog: por qué lo hiciste?
lorena: hacer qué? —dice caminando rápidamente, como si la persiguieran.
ricardo weblog: no te hagas!
lorena: esa chola estaba atacándome engorilada y tú, en lugar de defenderme, te pones pánfilo, del lado de ella. —dice haciendo aspavientos.
ricardo weblog: estaba defendiéndote cuando tú le regaste el jugo. —le alzo la voz.
lorena: chuta, ricardo. sí que tardas en reaccionar. pero qué lento eres!
ricardo weblog: y tú actúas de manera impulsiva!
lorena: actúo de manera impulsiva cuando me humillan. —grita deteniéndose intempestivamente, los peatones se voltean a mirarnos—, y lo peor es que ni siquiera le sacaste plata al viejo, fuiste por lana y saliste trasquilado. con esa actitud, ni te acerques a los bancos!
me suelta de la mano. camina enojada, empujando a las personas. la tomo de nuevo.
ricardo weblog: ponte en mi lugar. estaba con mi jefe. —le digo tratando de controlarme.
lorena: estas en lugar muy cómodo, yo sólo te pido que me defiendas cuando es evidente —grita.
siento que no tiene sentido discutir. caminamos juntos, todavía hay mucha gente dando vueltas, motivadas por la marcha, con ganas de hacer algo. ella aprieta fuertemente mi mano, está enfurecida. demoramos en hallar el carro. mientras lo buscamos, no cruzamos palabras. a los pocos minutos siento que ella poco a poco va relajándose. encontramos el carro y nos subimos.
conduzco al aeropuerto, debe quedarse en operaciones hasta las nueve de la noche. entonces siento un golpe en el brazo. la escucho reírse. eso es lo bueno de lorena, puede sacarse los disgustos rápidamente del sistema. explota, vocifera y se calma. en media hora está como si nada hubiera sucedido. en cambio yo puedo tardar semanas en dejarlo de lado.
ricardo weblog: empezamos, mal. no? —le digo.
lorena: sí, pues. empecemos desde el principio. a ver, mi nombre es lorena, mucho gusto —dice dándome la mano—. y tú eres?
ricardo weblog: don viruta!
lorena: mejor no sigamos porque vamos a terminar peor.