la fanescalorena y su mamá se abrazan. yo me apego a la pared sin saber hacia dónde debo echar a correr. la mamá se acerca y me saluda. estrecho su mano muy educadamente.
ricardo weblog: muy buenas tardes, señora. es un gusto verla nuevamente —digo tratando de evitar que las manos me suden.
nos saludamos con un beso en la mejilla y nos miramos de frente. la mamá de lorena se ha puesto bastante protector solar, parece que recién ha venido de la playa. ella se me queda mirando a los ojos. le sonrío infantilmente como en las tarjetas postales, pero dejo de hacerlo porque de golpe me acuerdo que tengo los dientes amarillos. la señora me sonríe con frialdad. vuelvo a sonreírle pero ésta vez sin mostrarle los dientes y ella hace un gesto casi imperceptible de rechazo.
las sigo a la mesa. encuentro sentado en la cabecera a mel. usa su infaltable sombrero y una camisa de flores desabotonada en el pecho que deja ver algunas de sus innumerables cadenas. me recuerda mucho a los narcos de las telenovelas. se pone ambas manos sobre la panza y sonríe con suficiencia hacia lorena que corre a abrazarlo.
una vez que se separan, me acerco a mel y lo saludo descuidadamente sin dejar de mirar a la mamá de lorena que todavía sigue siendo una mujer muy bella. mel pega un fuerte manotazo en la mesa que me sobresalta. entonces me doy cuenta de lo que estaba haciendo, inconscientemente estaba agachándome para besarlo en la mejilla.
muy ruborizado y confundido estrecho su mano con ambas manos. voy a sentarme a la mesa, junto a la hermanito de lorena. es idéntico a mel, pero sin bigote pues apenas tendrá unos doce años. le sonrío y el chico mira hacia otro lado.
miro anhelante a lorena para que venga a sentarse a mi lado, pero no me ve. su mamá le dice algo y luego ella la sigue a la cocina. me quedo en la mesa. chuzo los dedos.
mel: qué le pasa hombre, acaso no se siente a gusto? —me pregunta mel.
ricardo weblog: no, señor. estoy encantado de estar en su casa. es muy bonita.
mel: trabajo me costó, no? —dice preguntando al niño que juega ensimismado con su play station portátil.
silencio. mel se enrojece.
mel: te hice una pregunta —grita mal humorado—. cuántas veces te he dicho que no traigas esa cojudez a la mesa?
el chico, rápidamente, oculta el aparato bajo la mesa y mira atentamente a su padre.
mel: me costó cantidad de trabajo levantarla. con estas manos —prosigue sosteniendo las manos en su delante como un cirujano.
ricardo weblog: pues en verdad le quedó muy linda señor, felicitaciones —digo por decir algo. pero él parece no advertirlo, está ensimismado.
mel: en el terremoto del noventiocho, cuando lorenita era de éste tamaño —indica casi tocando el suelo con la mano— me acuerdo clarito cuando la tierra empezó a temblar fuertísimo —dice y empieza a sacudir la mesa. el niño, inmutable, mira a su padre—, entonces, con una mano agarré a las nenas y con la otra a mi mujer y las cargué como a sandías y las saqué corriendo de la casa y le digo, piedra por piedra vi caer mi casa, bloque a bloque, viga a viga vi desplomarse el fruto de mi trabajo —dice el hombre con la mirada perdida, alucinado—. cree que es eso justo? —pregunta haciendo aspavientos, idéntico a lorena cuando se enoja— cree que eso es justo? cuando pasa una mierda no hay dios que responda, óigame bien.
ricardo weblog: no, cómo va ser —digo asustado.
mel: cómo quedó la casa —dice mirando alrededor—, cómo quedó. hecha pedazos, pues cómo mas va a quedar. no servía para nada —se lamenta al borde las lágrimas—. después que pasó el terremoto entré a la casa y vi todo echo pedazos. las mesas, los equipos de las bombas de agua trifásica, los generadores eléctricos, las radios motorolas usaditas recién compradas. todos mis aparatos de trabajo en la mierda, hasta el contenedor de recepción de lavado de larvas estaba abollado en el patio y te digo, te digo a ti porque no hay nadie mas, que los ojos se me llenaron de lágrimas —dice moviendo copiosamente los dedos cerca de los ojos— y eso que yo no soy hombre de fácil llorar.
afligido se da viento con el sombrero, cruza los brazos sobre la mesa y súbitamente se pone a llorar.
me quedo mirando a la hermanito de lorena que aprovecha la oportunidad para sacar el play. entonces, mel se incorpora y me fulmina con la mirada, como si no me reconociera, como si fuera la primera vez en su vida que me ve. pienso que fue un error haber venido, esto me pasa por seguir a mi enamorada a todos lados.
pero en ese instante lorena sale de la cocina con unas bandejas y casi las deja caer al ver a su padre conmocionado. apurada deposita las bandejas en la mesa y grita hacia la cocina, mami, mi papi está borracho de nuevo.
lorena se acerca a mel, lo abraza y le dice cosas al oído, cosas dulces hasta tranquilizarlo como a un niño. me levanto y camino hacia lorena, le digo en voz muy baja que mejor me regreso al departamento, estoy ocasionándote problemas. ella susurra, aguántate, por fa, sólo es un momento, sólo nos quedamos a comer y nos volvemos.
ella se regresa a la cocina y vuelve con un café para su padre. aparece la mamá de lorena seguida por una mujer ya mayor y un poco flaca de expresión cansada. es la empleada domestica, carga viandas de comida, humitas y fanesca.
la señora se sienta a la mesa con un muy fingido aire aristocrático, mientras que la empleada sirve la comida puesto por puesto.
señora: y cómo así vino? —me pregunta.
ricardo weblog: vine acompañando a lorenita —le digo.
señora: ah. y qué le ha parecido todo esto?
ricardo weblog: muy interesante, ya veo que su señor esposo es una persona bastante efusiva.
señora: no me refería a eso —dice molesta—. le preguntaba que qué le ha parecido bahía.
lorena: no maltrates así a ricardo —reprende lorena a su madre—. él sólo quiere ser atento contigo. ricardo siempre es políticamente correcto, tú deberías aprender algo de eso.
el papá de lorena termina de ponerle splenda a su taza de café, lo sopla enérgicamente y se lo bebe de un sorbo. queda la taza humeante y vacía sobre la mesa. parece más relajado.
la empleada termina de sirve un tazón de fanesca y coloca varias cucharas y tenedores a su lado. mel queda sosteniendo una cuchara, parece que fuera a reclamarle, pero la empleada le da la espalda y se va.
lorena: la etiqueta y el protocolo que seguimos al servir los alimentos durante el vuelo son muy rígidos, yo tengo compañeros de trabajo en mi trabajo que —lorena se interrumpe abruptamente, pues mel quiere hacerle una aclaración.
mel: corrígete, muchacha. dónde trabajarían tus compañeros sino en el trabajo? —explica burlón con una pregunta.
lorena se queda pensativa, intuyendo el insulto.
mel: y quién eres tú? —me pregunta mel furioso.
señora: es el enamorado de lorenita —aclara apacible la señora.
mel: no te pregunté a ti —le dice a su mujer y ésta lo fulmina con la mirada—. y por dónde entraste, carajo? quién te metió a la casa? —me grita enojado.
lorena: entró conmigo —dice lorena.
mel: y para qué metes gente extraña, muchacha loca?
lorena: no es un extraño, es mi enamorado —me defiende.
mel: y cuáles son tus planes con mi hija? —me pregunta con la cara enrojecida.
ricardo weblog: quererla, respetarla y cuidarla —respondo de memoria.
mel: te la has comido, carajo? —pregunta furioso, poniéndose rápidamente en pie, empujando la silla—. te has atorado a mi hija, oye pedazo de infeliz? —protesta golpeando a la mesa.
ricardo weblog: no señor, cómo cree? —digo asustado.
señora: cállate, vuelve a sentarte —le ordena la señora y mel le hace caso—. lorenita va a llegar virgen al altar —dice mirándome con la misma autoridad con que ordenó a mel.
mel: se acabó la pendejada —ruge el hombre volviendo a ponerse en pie, ésta vez la silla cae. la empleada doméstica se regresa corriendo de la cocina a ver qué pasa, pero se queda a cierta distancia, entre asustada y curiosa—. ahorita mismo lorena me renuncia a iberia. se acabó la alcahuetería y desde mañana se me queda en bahía trabajando. se acabó el enamorado y las llegadas tarde y la cojudez y los huevos del gallo. no vas a tener enamorado hasta que cumplas la mayoría de edad.
lorena: ya soy mayor de edad, papá —dice lorena enojada.
mel: cállate muchacha, ándate hacer los deberes si no quieres que te llueva a correazos —le grita.
lorena: mami, a mi papi no se le pasa la borrachera. mejor lo metemos a alcohólicos anónimos de nuevo —lo amenaza.
mel: qué borrachera, ni qué ocho cuartos. ya mismo me renuncias a iberia y dejas de ver a esa sarta de españoles maricones con los que trabajas —grita señalándome—. estos españoles mariposones son los que están amaleándote.
ricardo weblog: en realidad, no soy español —me defiendo.
mel: peor! tota, tota —empieza a gritar. al instante aparece el chofer, un hombre gordo con cara de asustado—. sácalo a patadas a éste cabrón —le ordena.
el tipo da dos pasos y me agarra de los hombros. pero lorena lo detiene con una mirada furiosa.
lorena: no me hagas pasar vergüenza, papá —dice lorena dirigiéndose a mel.
mel: cállate muchacha, mas respeto que soy tu padre! —la amenaza sacándose el cinturón.
ricardo weblog: yo creo que mejor me voy, pero por su seguridad, me llevo a lorenita —digo mirando a la señora y trato de añadir con cortesía—. muchas gracias por su atención, señora.
mel: tú no te vas —grita mel como un loco—, yo te boto desgraciado! qué te has creído para venir a mi casa a mandar a mi hija?
mel se me abalanza encima y me agarra del cuello estrangulándome.
mel: quieres llevarte a mi nena a mi departamento para atorártela, mal parido infeliz? te voy a arrancar los huevos y te los voy a meter por la boca, bucaranista desgraciado —grita mel poseído, su sombrero rueda por el piso. yo trato de liberarme de sus manos.
lorena y su mamá se levantan horrorizadas y tratan de separarnos. yo miro aterrado a mel que sigue sin querer soltarme. finalmente tota le da un manotón a su jefe y me suelta. me agarro del cuello y trato de respirar, lorena me abraza.
la mamá de lorena agarra a su esposo y junto a la empleada se lo llevan a uno de los cuartos de la casa. tota se queda parado a nuestro lado, muy confundido, tan asustado como yo, abanicándonos con el sombrero de mel, lorena me da besos en la cara y me pide disculpas, que su papá no es así, bueno, sí es así, pero no siempre, que los perdone.
lorena: puedes irte, tota, gracias. si quieres coge el resto del feriado libre —dice lorena sin mirarlo, con pesadumbre—. sólo a mi papi se le puede ocurrir hacerte trabajar en feriado.
en ese instante aparece una chica idéntica a lorena, de cabello negro y sonrisa graciosa. es un poco más delgada y alta que su hermana. tendrá unos dieciocho años. nos mira divertida, tiene los ojos claros.
chica: que pasa? quién se murió? —pregunta.
lorena: mi papi, está borracho de nuevo.
chica: ah —dice sentándose a la mesa, restándole importancia—, otra vez. ha pasado todo el fin de semana así, celebrando la resurrección de cristo con sus amigos del club naval. es que no sabes, ayer que mi mami se lo llevó a misa, se puso a cantar mientras se daban la paz, no andaba muerto, andaba de parranda. y el cura casi lo bota a patadas cuando descubrió a mi papi queriendo darle de beber johnnie wolker al cristo crucificado porque le había escuchado que tenía sed. mi papi borrachito le decía, chupe ahí como macho, chupe ahí!
nos reímos.
chica: ah y tú quién eres? —me pregunta mientras me siento a la mesa, todavía un poco falto de aire.
lorena: es ricardo, mi enamorado. mira, ricardo, ella es mi ñaña, pamela —nos presenta.
ricardo weblog: hola —le digo sonriendo, con la cara congestionada. le extiendo la mano por encima de la mesa. la chica me mira indiferente, sin darme la mano. se voltea a ver a su hermano. entonces me doy cuenta que el niño sigue allí, ha presenciado la escena de mel imperturbable, concentrado en su juego.
chica: oye, cristian, tú estas obsesionado con ese play! —le dice la chica arranchándole el aparato.
el niño no le hace caso, saca de debajo de la mesa un game boy y se pone a jugar lo que parece ser street fighter.
chica: por ti se enojó mi papi, no? —me pregunta enojándose.
ricardo weblog: sí, bueno, mas o menos.
la chica se acerca el plato que le han dejado servido y le mete una cucharada, la prueba. se lleva la mano a boca.
chica: mierda —se queja—. está hirviendo!
señora: para eso dios te dio boca —dice la señora regresando, luce como siempre, inalterable—, sopla, así, fuuuu…
chica: ya te enteraste que mi papi se puso mal por culpa del enamorado de lore?
señora: sí, pues —dice la señora mirándome—. ojalá te regreses pronto a guayaquil porque te vas a aburrir aquí solo. mañana de mañanita nos vamos a llevar a lorenita para que tome aire en cuenca.
chica: sí, oye. no es que te bote, pero cuándo te vas? —me pregunta la chica.
miro a lorena, está pensativa e indignada. seguramente se acuerda del por qué decidió irse de la casa.
lorena: con ustedes no voy a ningún lado —dice lorena cansada—, me voy a quedar con ricardo. el lunes regreso a cubrir a vero en las operaciones del aeropuerto, porque acaba de dar a luz, tengo que cubrirla por algunos días hasta que encuentren un reemplazo. yo ya les conté todo el rollo, no se hagan. si viajo mañana es para guayaquil.
señora: dónde se hospedan, por aquí cerca? —pregunta suspicaz la señora.
ricardo weblog: sí —respondo sin dudar—, por aquí cerca.
señora: entonces, si están “por aquí cerca” —recalca con cierto desdén—. mejor pasen la noche aquí mismo.
lorena se muerde los labios. después de todo, antes de venir, ella me dijo que le gustaría pasar el resto del feriado con sus padres.
ricardo weblog: me parece bien, no veo por qué no. qué te parece a ti, lore?
lorena: fantástico! —dice entusiasmada.
señora: pero pasan la noche en cuartos separados, aquí no solapamos alcahueterías.
ricardo weblog: sí, señora.
señora: come antes que tu fanesca se enfríe y se te cuaje como gelatina.
ricardo weblog: sí, señora.
le doy una cucharada a la fanesca, es la sopa de pescado más desagradable que he probado. busco en la mesa ají y limón, no hay. no me arriesgo a pedírselo, me parece un gesto de descortesía. pues un dicho popular dice, toda comida mala, con ají y limón resbala.
respiro profundo, trato de pensar en el bambú que al viento se estira con gracia y elasticidad y que por dentro es vacío para contener todo el conocimiento del universo. me llevo una cucharada a la boca. repito cuatro veces el proceso, siento mareos. miro al plato, el nivel de la sopa permanece allí, intacto. y pienso que lo del bambú es una gran cojudez que se ha inventado paulo cohelo para vender libros de autoayuda. pero en ese instante miro a lorena, abre la hoja de una humita y le da una cucharada, se la lleva a la boca y cierra los ojos masticando despacio. se la ve preciosa comiendo. siento que verla cada día a mi lado es un regalo, un milagro, por el cual todo sacrificio es mínimo. entonces, mágicamente tienen sentido el bambú, el universo y la elasticidad.
chica: qué tal? —me pregunta la hermana de lorena saboreando su fanesca.
ricardo weblog: está riquísima!
chica: yo misma cogí la corvina y la puse a salar —dice orgullosa.